Carol, la niña guatemalteca que aprende a abrazar con nuevas extremidades
La menor es una de las más de 4,500 pacientes que la asociación Range of Motion Project (ROMP) ha atendido en Guatemala y países cercanos.
Carol, de 8 años de edad, abraza un oso de peluche con su recién adquirido brazo izquierdo mientras brinca y corre bajo la sombra de un pino de 20 metros. Ella sigue las instrucciones de Zayra Medina, su terapeuta y “movilizadora”, quien la ayuda a sacar todo el potencial de sus nuevas prótesis.
Esta niña guatemalteca las recibió en septiembre del año pasado, después de vivir 7 años sin tres de sus extremidades.
Carol es un de los más de 4.500 pacientes que la asociación Range of Motion Project (ROMP) ha atendido en Guatemala y países cercanos, la cual comenzó como una clínica que brinda prótesis a personas ubicadas en el departamento oriental de Zacapa.
La ROMP se ha convertido en un organización de apoyo comunitario y da seguimiento a pacientes que reciben prótesis a bajo costo y en algunos casos casi subsidiadas en su totalidad.
Con el programa de Rehabilitación Basado en la Comunidad (RBC), la asociación ha conectado con voluntarios en el país centroamericano para dar seguimiento físico y emocional a los pacientes que reciben las prótesis.
Según John Naber, el oficial en jefe del programa, la clínica prostética surgió por la necesidad ya que el sistema de salud público en Guatemala no ofrece las prótesis a los pacientes que las requieren.
Aunque desde hace 17 años facilitan las prótesis, con el tiempo se dieron cuenta que sin un seguimiento adecuado las personas las abandonan y regresan al punto de partida. Por ello, hace 5 años crearon el RBC para que con ayuda de las comunidades y voluntarios enseñen a los pacientes el uso adecuado de las nuevas extremidades y ofrezcan acompañamiento emocional durante el proceso.
Este es el caso de Carol, quien recibió sus piernas y su brazo el año pasado y no las aprendió a utilizar hasta que fue incluida en el programa RBC para que una terapeuta la ayude a través de visitas a su casa y seguimiento remoto.
Actualmente, gracias a la ayuda de Zayra, la niña puede dibujar y pintar, sus dos actividades favoritas. También puede caminar hasta el gallinero que está en la parte trasera de su casa y visitar a una pequeña patita que nombró “Princesa”.
PACIENTES MENOS DEPRIMIDOS Y MÁS FELICES
Naber contó a la Agencia Efe que las partes con que se hacen las prótesis provienen de los Estados Unidos en su mayoría, pero no las regalan y tratan de darlas a muy bajo costo.
“El paciente tiene que invertir una parte del proceso, esto ayuda a valorar las piezas y también nos ayuda, aunque sea en una pequeña parte, para recuperar gastos operativos”, explica.
El programa se creó para ayudar a adultos y los resultados han sido visibles. “Los pacientes están menos deprimidos, menos ansiosos, trabajan más y algunos con la ayuda de terapia ocupacional que se les brinda logran ganar más dinero que antes”, resaltó Naber.
El éxito del programa hizo que se extendiera al cuidado infantil para ayudar a los niños a desempeñarse mejor en la escuela y conocer un proceso que es para toda la vida.
“Ella siempre fue muy fuerte, pero desde que tiene sus nuevas prótesis y recibe la terapia, todos en casa somos más felices. Antes hacía retratos de ella misma sin piernas ni brazos, desde hace unas semanas se pinta con todas sus extremidades y una sonrisa más grande”, dijo Blanca Dávila, madre de Carol.
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Hasta la fecha, ROMP tiene dentro de su programa comunitario a 40 pacientes elegidos después de un estudio socioeconómico y estos cuentan con visitas periódicas, mientras la clínica prostética sigue brindando atención a pacientes de Guatemala, Honduras, El Salvador y México.
La asociación tiene presencia en Ecuador y quiere replicar el programa RBC debido a su éxito en dos ciudades de Estados Unidos. “Nos parece importante que el trabajo hecho en su mayoría por guatemaltecos, debido a sus buenos resultados, pueda ser llevado a Estados Unidos”, dijo.
Mientras el programa de ROMP busca extenderse a los 22 departamentos de Guatemala y multiplicar sus voluntarios y trabajadores para alcanzar a las miles de personas que no pueden comprar sus prótesis, Carol corre más rápido, salta más alto y pinta mejor con sus piernas y brazo nuevos.