Roma desvela su colección colonial para ahondar en su pasado
Italia, como casi toda Europa, posee un pasado colonial demostrado con una enorme colección de objetos procedentes sobre todo de África, pero también de América, un acervo que sirve para ahondar en su pasado histórico y que puede volverse a ver desde hoy tras medio siglo custodiado en los depósitos.
"Hace más de 50 años que el público no accede no sólo a estas colecciones sino también a sus archivos y, por lo tanto, a los testimonios y a las muchas historias que el museo conserva", explicó a EFE el director del Museo de las Civilizaciones, Andrea Viliani.
Esta institución, fundada en 2016 y situada en el barrio romano del EUR, es heredera del antiguo Museo Colonial italiano, que durante décadas, desde principios del siglo XX, recopiló los objetos etnográficos adquiridos por los exploradores en medio mundo.
Ahora conservará unas 12.000 piezas, entre restos arqueológicos, obras de arte, artesanía, herramientas, instrumentos musicales, mapas y fotos de todo tipo que permanecieron fuera de la vista del público desde 1971, cuando el Museo Colonial echó el cierre.
LA HISTORIA COLONIAL ITALIANA
La historia colonial italiana se circunscribe a África entre 1882 y 1960, especialmente en su vecina del sur, Libia, o la antigua Abisinia, es decir, Etiopía, "conquistada" en 1936 cuando Roma estaba embriagada por las ansias expansionistas del fascismo.
El museo posee numerosos objetos recabados durante las incursiones en el inhóspito Nilo del siglo XIX de los exploradores Giovanni Miani o Romolo Gessi, como estatuillas, aperos, cerámicas, muebles o instrumentos musicales, como un arpa del pueblo de los mangbetu.
Pero la historia de esta colección es mucho más longeva y llega a remontarse al origen propio del concepto de "colonialismo", a la llegada de los españoles y de Cristóbal Colón a América en 1492.
A Colón le siguieron otros muchos exploradores de apellido itálico, como Américo Vespucio, cuyo nombre bautizó al continente, Giovanni da Verrazzano o "Juan" Caboto.
LAS CULTURAS MESOAMERICANAS
El Museo de las Civilizaciones de Roma expone piezas de las culturas mesoamericanas, como las mayas, la mexica, la olmeca, la zapoteca o la mixteca.
Las más destacada es una estatuilla oronda, ricamente vestida y de grandes ojos blancos que representa un "cemí", una deidad del pueblo taíno, habitante ancestral de las Antillas, y que sirve para abrir la Sala de las Américas de la exposición.
La pieza consta en 1677 en la colección del boloñés Fernando Cospi y su factura representa el nexo entre los europeos e indígenas, por estar fabricada con materiales autóctonos como el algodón y conchas pero también con otros más sofisticados como la pasta vítrea.
En Roma también pueden verse máscaras y figuras de la cultura azteca, algún relieve maya o un facsímil del llamado Códice Nuttall, manuscrito prehispánico de la cultura mixteca, entre otros muchos objetos llegados de aquellas tierras durante siglos.
El director del museo sostiene que la exposición de estas piezas no solo habla de sus propietarios originarios, los pueblos africanos o americanos, sino también de los europeos que se los llevaron, de un pasado de expolio que debe ser analizado.
"Exponen cómo fueron falsificadas esas culturas, cómo se violó o robó a esas culturas, pero también expone cómo nosotros hemos redefinido esa relación. Narran al menos dos historias: la de su procedencia y la que a veces durante siglos obligó a estas piezas a permanecer dentro de una vitrina", indicó Viliani.
El museo, en definitiva, "conecta principios y puntos de vista diferentes" pero no descarta futuras devoluciones a sus hacedores originarios: "Nosotros preparamos, por así decirlo, los documentos pero no decide, esa es una decisión política", zanjó.
BERTINA LOPES
La nueva organización de esta galería, alejada del circuito turístico romano, permite a estos objetos etnográficos "dialogar" con obras de arte contemporáneo adquiridas recientemente.
El colonialismo aparece también criticado por una artista y activista que lo vivió en sus carnes, Bertina Lopes, mozambiqueña hija de portugueses que acabó pasando setenta años de su vida en Roma, donde murió a los 86 años de edad en febrero de 2012.
En la primera planta del museo se ha reconstruido su estudio de la Vía XX de Septiembre de Roma y se han expuesto por primera vez algunos de sus lienzos, expresión de su ideología "en favor de la libertad y de la democracia de su país", independizado de Portugal en 1975, como consecuencia del proceso de descolonización llevado a cabo tras la Revolución de los Claveles portuguesa, del 25 de abril de 1974.