Quetzaltnahuatl hizo vibrar Managua en su 39 aniversario
Enfocarse en la juventud es una clave para desarrollar amor por la cultura del país.
Fuerza y energía caracterizaron el repertorio del Gran Ballet Quetzaltnahuatl en ocasión de sus 39 años de perseverancia, con una puesta en escena que dejó en evidencia el lema de la presentación misma: juventud, destreza y versatilidad.
Y es que para su director, William Herrera, trabajar con niñez, adolescencia y juventud es clave si queremos enseñarles a amar la cultura de nuestro país.
"Han sido muchos años de altos y bajos, con mucha perseverancia y dedicación, seguido de un constante aporte a la juventud, ya que trabajamos con todas las edades", manifestó.
Herrera cree que es necesario seguir trabajando en la investigación para conocer y reconocer la magnitud de las representaciones y que los jóvenes puedan atesorar esos valores.
La presentación
Desde piezas tradicionales como el Mestizaje, La Mora Limpia y otros sones de marimba, Quetzaltnahuatl se lució con una serie de sones del Caribe, a propósito que estamos en las vísperas del festival Mayo Ya.
En esa dirección, sonaron piezas como Un gigante que despierta en la Costa, Tululu, Sing Simon Sing my love, Mayaya y el Baile de la Sirenita; piezas que dejaron en evidencia la resistencia, precisión y coherencia entre los pasos, el son y el ritmo general del grupo en su esencia.
Aspectos que reforzaron durante la puesta en escena de esta agrupación son las escenografías que fortalecieron la imagen visual y que permitía disfrutar una experiencia más vivencial.
Y si de los sones de marimba se trata, la presentación de este elenco nacional, fue una representación de la algarabía del nicaragüense promedio que entabla conversaciones rápidas, que se esfuerza y que es jocoso.
"Trato de poner en escena lo cotidiano del nicaragüense para que cuando lo vea en el escenario se identifiquen y fortalezcan su identidad", explicó Herrera.
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