Yohany López

Yohany López

Tepenahuatl: 43 años de arte, cultura, tradición y esencia

En su más reciente gala, la última del año en el coloso mayor, llevaron a escena nuevos montajes.


Transmitir la esencia del folclore de Nicaragua a través de sus bailes autóctonos, es uno de los retos que la directora del Ballet Folklórico de Nicaragua, Tepenahuatl, Blanca Guardado, ha conservado durante 43 años de fundación.

Para la maestra y bailarina, procurar que se conserve esa esencia de "nicaraguanidad" es muy importante, así como llevarla al escenario, lo cual ha sido la clave para mantenerse en pie hasta el día de hoy.

"Una de las maneras de mantener vivo el orgullo por nuestras raíces autóctonas y que se pase de generación en generación, es esta, llevándolas al escenario o bien cuando los padres lo transmiten", manifestó la fundadora de dicha agrupación.

Durante la gala, este domingo, en la Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío, la agrupación hizo un recorrido por las expresiones más representativas de las tres regiones del país.

Según Guardado, retomó el montaje de dos coreografías peculiares. La primera, que fue a su vez la apertura de la gala: “La vela del vestido de la novia”, y la danza garífuna "Walagallo" (danza de los gallos).

En homenaje a Monimbó

La apertura de la presentación fue en homenaje a las tradiciones de Monimbó, en Masaya, cuando contraer matrimonio era todo un acontecimiento social y en el que una noche antes se reunían para apreciar el vestido de la novia, sonaba la marimba y se tiraban cohetes o morteros.

Adicional, la escena muestra "la tajoniada", que equivale al último castigo que recibía la novia delante de amigos y familiares por parte de su mamá.

El recorrido de la velada incluyó vals y mazurcas del norte del país con la composición "El Grito del Bolo", así como "El Pocoyito" y "Comadre téngame al niño".

Por amor a la danza

Taís Porras lleva un año en esta agrupación y cuenta que desde niña bailó folclore en el grupo Caladance del Colegio Calasanz en Managua, donde aprendió los primeros pasos que la enamoraron para seguir con esta disciplina artística.

"Estoy muy emocionada y orgullosa ahora de ser Tepenahuatl. Para mí el baile es alegría, sazón y ricura", expresó.

La segunda parte del cierre de temporada fue en homenaje al Caribe de Nicaragua, siendo la danza del "Walagallo", la primera coreografía.

De acuerdo a la agrupación, dicho baile significa un ritual de sanación practicado por la etnia garífuna en las comunidades de Orinoco y Laguna de Perlas.

Para posterior pasar por un homenaje en estilo comparsa a las poblaciones miskitas del Río Wangki o Coco en el Caribe Norte del país.

Jonathan Espinoza, lleva más de 15 años bailando en esta agrupación y él anima a que las nuevas generaciones puedan acercarse sin miedo y con la actitud correcta para aprender. "No tengan miedo y abran su mente para aprender", recomendó este bailarín.

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