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Rostros de Darío y otros poetas, arte magistral del pintor Julio Martínez

En su proyecto también tiene en perspectiva la realización de los perfiles de Azarías H. Pallais, José Coronel Urtecho, entre otros.


La serie de retratos de Rubén Darío "Padre del Modernismo" forman parte del proyecto de ilustres poetas nicas del siglo XX, de Julio Martínez Castillo, talentoso pintor nicaragüense que cultiva el realismo, abstracionismo e hiperrealismo.

Además de la serie de cinco retratos de Darío (cuatro pinturas y un dibujo), también ha trabajado una serie de retratos de los poetas nicaragüenses, Salomón de la Selva, Manolo Cuadra, Ernesto Cardenal y Alfonso Cortés Bendaña; este último publicado recientemente.

Sobre Cortes, primero realizó un dibujo en claroscuro, ahora una pintura con trazos de filigrana.

Sobre el impulso que le motivó a pintarlo, comentó que siempre le atrajo la vida dramática de bardo de León, su poesía rara y sus crisis de locura.

Su arte busca perennizar su imagen y enaltece el valor de su ars poética. Para realización del dibujo se apropió de la técnica de lápiz grafito sobre papel de acuarela, luego realizó una segunda obra en color al óleo, que es más duradera.

Martínez Castillo revela que su proyecto de personajes emblemáticos también tiene en perspectiva la realización de los perfiles de Azarías H. Pallais, José Coronel Urtecho, Joaquín Pasos, Pablo Antonio Cuadra.

De Carlos Martínez Rivas, Julio Cabrales y Francisco de Asís Fernández, Pablo Centeno-Gómez, entre otros; y más adelante a poetas jóvenes.

Los retratos Darío y de los poetas, pintados o dibujados por este artista de la plástica han tomado como referencia imágenes gráficas históricas de comienzo del siglo XX, y de otras más recientes.

Series de Darío

Varios retratos sobre Rubén Darío —en pinturas y dibujos— forman parte de la valiosa colección permanente de la Pinacoteca del Banco Central de Nicaragua.

Uno de sus retratos dibujados en grafito y con trazos de filigrana fue publicado por el Correo Argentino, que emitió un sello con un tiraje de 30,000 unidades.

Martínez Castillo, desde 1976, coleccionaba recortes donde aparecían poemas e imágenes de Darío.

Realizó el primer dibujo de Darío al carboncillo. Su afición lo llevó tiempo después a estudiar en la Escuela Nacional de Artes Plásticas Rodrigo Peñalba, y posteriormente en el Instituto Superior de Artes Plásticas Surikov, de Moscú.

Trabajó la pintura "El último adiós a Darío" y expuso en la Primera Bienal de Pintura Nicaragüense, realizada en 1997 en el Teatro Nacional Rubén Darío. Otras de las pinturas de Darío en composición amplia alude al poema "Los motivos del lobo".

En Nicaragua muchos artistas han pintado a Darío, sus poemas, de forma histórica, recreativa o creativa; en diversas técnicas y estilos.

Expuesto ocasionalmente o en certámenes; pero hay quienes han dedicado más tiempo al tema de pintar a Darío, entre ellos han figurado Pedro Vargas, Róger Pérez de la Rocha, Mauricio Rizo, ahora el maestro, dibujante y el pintor Julio Martínez Castillo.

En su caso explica Martinez Castillo, su arte busca "captar el carácter, el alma si es posible, el estado de ánimo de un poeta; o bien la imagen de un niño o cualquier otro personaje, ha sido desde siempre una de mis grandes pasiones".

Sobre la técnica señala que sus composiciones son abordadas "con diversas técnicas tales como óleo, acrílico, lápiz carbón o carboncillo; es para mí toda una devoción".

Sus otros personajes

Este pintor ha dedicado su tiempo para pintar los rostros de personajes célebres, como el pintor español Salvador Dalí; el músico ruso Sergei Vassilievish Rashmaninoff; el héroe nicaragüense Augusto C. Sandino.

Así iconográficas imágenes sacras, de cristos y vírgenes. Y personajes nicaragüenses desde composiciones abstractas o figurativas.

"Siempre en mis obras, incluyo al nicaragüense trabajador, a la tortillera, al jornalero, al albañil, a los fundidores de bronce”, refiere el pintor.

Al respecto dice que en su obra "Los bebedores de café" exhibe a campesinos en su faena cotidiana, y en su pintura "La quema", recuerda las rondas o limpias del campo para preparar las cosechas.

Las vendedoras de las calles, también están reflejada en su obra "Las fritangueras leonesas", y en "Sagrada tierra nuestra", a los cortadores de caña.

También cuenta con la pintura "Por los caminos van los campesinos", pintada en honor a la obra teatral del poeta Pablo Antonio Cuadra, que lleva el mismo nombre.

"Los Albañiles" se construyen a sí mismos, "Las Cocineras" las construye el humo de la estufa callejera de la fritanga citadina de Managua, y les da vida como fantasmas humeantes en permanente diálogo y cuchicheo.

“Me gusta trabajar la abstracción pero sin perder las figuras y sus rasgos expresivos”, dice el pintor Julio Martínez Castillo en su particular forma de ver su mundo artístico, en este sentido aclara que se aleja de la abstracción pura.

Su faceta hiperrealista

El hiperrealismo es otro estilo que atrae a este pintor. Los bodegones los ha trabajado desde 1978, influenciado por el pintor francés Jean Simeón Chardin del siglo XVIII, conocido por sus naturalezas muertas y retratos.

Por igual reconoce que ha recibido influencias del pintor italiano Giorgio Morandi, quien trabajó bodegones con una tendencia a un minimalismo temprano, pero muy interesante en su paleta de armonías grisáceas, comenta el pintor.

Martínez Castillo también reconoce las influencias tempranas de su maestro, el nicaragüense Julio Vallejo, durante fue su alumno en la Escuela Nacional de Artes Plásticas Rodrigo Peñalba.

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