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Creencias vivas: cómo las familias católicas preservan la esencia de la Semana Santa

Con el avance de la tecnología, algunas prácticas han ido desapareciendo.


Nelson Aragón, integrante del coro de la Capilla San Martín de Porres, ubicada en la comarca Ticomo de Managua, recuerda que desde pequeño heredó una serie de creencias y tradiciones que debe preservar por respeto y fe durante los días en que la Iglesia conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Aragón es solo uno de los muchos católicos que crecieron con estas prácticas, inculcadas por sus padres y abuelos.

"Nuestros abuelos nos decían: ‘no podés andar corriendo porque si no, la tierra se te va a abrir y te vas a caer’. También nos advertían: ‘si cortás un palo, va a salirle sangre’. Tantas cosas que quizás no pasaban, pero eran parte del respeto", comenta.

A estas creencias —que no forman parte de los oficios litúrgicos de la Semana Santa— se suma el consumo de frutas y alimentos tradicionales de la temporada.

"No comíamos carne; ahora muy poca gente cumple con eso. Mi madre mantenía pinol sin azúcar con almíbar... todas esas cosas bonitas que en parte le dan realce a esta Semana Santa, porque se integran a nuestras tradiciones como nicaragüenses", indica Aragón.

Ericka Castellón, también feligrés católica, rememora que antes, a partir del Miércoles Santo, los padres dejaban de corregir físicamente a los hijos que se portaban mal.

"Te decían: ‘bueno, te las voy a guardar para el Sábado de Gloria, voy a cantar gloria con vos’. Ya ese día te cobraban todas las travesuras que cometiste durante los días santos", destaca entre risas.

Blanca Romero, originaria del municipio de Niquinohomo, en Masaya, asegura que ahora es ella quien transmite el significado de cada día de la Semana Santa a sus nietos para preservar estas creencias.

"En nuestra familia, lo primordial es enseñarles a venir a la iglesia los días que corresponden. Desde el Lunes Santo, incluso, nos toca rezar por las ánimas. Yo les explico que las ánimas son nuestros difuntos, sobre todo aquellos que no tienen quien los recuerde", remarca.

El sociólogo Bismarck Siero afirma que muchas de estas prácticas, que expresan lo esencial de este tiempo a través de obras tangibles en favor del prójimo, han ido desapareciendo de la memoria colectiva a medida que avanza la tecnología.

Siero cuenta que algunos años atrás del lunes al jueves previo al viernes de dolores iniciaban la preparación de platillos tradicionales que serían consumidos durante la Semana Santa.

“Se hacían comidas, como pinolillo o almíbar, que se podían preservar durante 10 as 15 días, porque la idea era no encender fuego y utilizar leña, hasta el sábado de gloria era que ya se levantaban esas restricciones”, remarca.

“Incluso había personas que además de no barrer durante la Semana Santa decidían no bañarse, de a poco esas cuestiones físicas que no se hacían antes se han ido suprimiendo”, agrega.

El respeto a lo sagrado y religioso también ha potenciado expresiones culturales como las Judeas, que reviven de manera dramatizada la pasión y muerte de Jesús, insiste el experto.