La dinastía continua, los fabulosos Patriotas de Nueva Inglaterra de nuevo vuelven a coronarse campeones del Súper Bowl, esta vez en su edición 53 como víctimas a su lista se añaden los Carneros de los Ángeles.

Tom Brady es ese mariscal de campo absolutamente grande que llega a ganar su sexto anillo de campeonato, el mariscal con mayor número de títulos para de una vez por todas terminar con la discusión de quién es el mejor de todos los tiempos.

Un partido dominado por las defensivas

El partido que definía al monarca de la NFL fue definido por las defensivas que no permitieron comodidad a la línea ofensiva de ninguno de los equipos. Llegábamos al cuarto periodo y el partido estaba empatado a tres puntos conseguidos por goles de campo.

Ni Tom Brady o Jared Goff lograban llevar un pase hasta la zona de anotación y existía la clara posibilidad de llegar a los tiempos extras. Pero los jugadores grandes son para los momentos grandes y es ahí donde todo se define: apareció Brady colocando un pase a las espaldas de los defensivos para que Rob Gronkowski lo atrapara con sus manos y consiguiera muy cerca de la yarda uno la primera oportunidad para los Patriotas.

De esa jugada llegó el único tochdown del juego a favor de Nueva Inglaterra para colocar la pizarra 10x3.

Intercepción clave en el juego

Con la obligación de empatar el juego, la ofensiva de los Carneros se dispuso a conseguir la anotación pero con la presión encima Jared Goff vio cómo un pase aéreo salido de sus manos fue interceptado dando la posesión a los Patriotas, que luego lograron un gol de campo más para sacar la ventaja final de 13-3.

Los Patriotas igualan a los Pittsburgh Steelers como los máximos ganadores con 6 campeonatos.

Esta era en el futbol americano tiene como principal dominador a los Patriotas de Nueva Inglaterra más grandes que nunca derrotando a la nueva camada de jugadores.