Suicidios podrían afectar economía del país, según un experto
A largo plazo, podría representar menor fuerza de trabajo y baja productividad.
El año pasado se registraron 426 suicidios en todo el país, un aumento considerable en comparación con el año 2021, en el que se registraron 365 suicidios.
Según el economista Welbin Romero, si esta cantidad continúa aumentando puede representar una disminución en la producción del país, y por ende, una problemática económica.
Si bien, la depresión y suicidios son asuntos de salud pública, el economista argumenta que se le daría una pronta respuesta si el Estado invirtiera más en la salud mental de los nicaragüenses.
El experto comenta que la migración llega a tener el mismo resultado a largo plazo, ya que ambas cantidades están aumentando, lo que representa menor fuerza de trabajo en el país, y esclarece que ambos tienen el mismo detonante, la crisis económica y el desempleo.
“En términos generales, el nivel de suicidios no ha sido visto como lo que es, un problema de salud pública. Sin fuerza de trabajo, bajan las posibilidades de que un país aumente su producción, las necesidades de control y de estimular a la población trabajadora aumenta. En Nicaragua, está relacionado con la situación económica, la posibilidad de migrar y la cantidad de personas que abandonan el país tienen los mismos resultados que los suicidios para la economía nacional”, expresa Romero.
Señala que los suicidios representan afectaciones en la economía a corto plazo, ya que debido al luto hace menos productivos a los familiares en sus respectivos trabajos, por lo cual poco a poco se convierte en un problema social.
"Es increíble ver que en el mundo se está discutiendo implementar la Inteligencia Artificial, y en Nicaragua nos alegramos porque un conocido se fue a Estados Unidos para brindarle un mejor futuro a su familia, aunque sea ingeniero y vaya allá a lavar platos, y ahí se pierde la inversión que se hizo en los estudios de esa persona, ¿así cuando vamos a avanzar económicamente?", señala.
Romero puntualiza que “así como se ha invertido en darle una respuesta al problema de salud pública que representa el covid-19, el dengue y otras enfermedades, debe invertirse en la salud mental, no es posible que estemos perdiendo a personas por falta de atención a tiempo”.
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