La historia de un matrimonio que "confecciona" su día a día a través de la costura
Emprendieron con dos sencillas máquinas de coser pantalones, ahora su inventario se ha triplicado.
Cansados de trabajar arduamente en una empresa de zona franca y conscientes de la difícil situación económica, Otoniel López Palacios y su esposa María Isabel López decidieron emprender en un taller de costura para mejorar sus condiciones de vida, en la comunidad de Pacayita, Masaya.
El taller de confección Guadalupe "arrancó" con dos pequeñas máquinas de coser y actualmente cuenta con más de siete modernos equipos de costura, dice contento Otoniel, quien ha tenido que reinventarse en el mundo de la confección, tras dejar su empleo hace diez años en las maquilas de Nicaragua.
Por su parte, María López afirma que creció en el taller de su papá Isabel López, en la misma comunidad, y con el paso de los años logró adquirir una amplia habilidad en corte y confección de prendas de vestir. Asegura que la carrera por emprender no ha sido fácil, sobre todo cuando los recursos son limitados.
Con el paso del tiempo, Otoniel y su esposa se han actualizado y complementado con el interés, por el diseño de las prendas, cuyo principal producto es la confección de pantalones y buzos escolares, generando empleos a siete familias, que con manos laboriosas logran salir adelante.
Iveth Hernández, es trabajadora del taller, donde lleva seis años y se dedica a las operaciones rápidas de bolsas traseras y es armadora de bolsas delanteras de los pantalones.
Comenta que trabajar en este noble oficio ha significado muchas horas de aprendizaje. Mientras que Darwin López es el encargado de la mesa de corte con una trayectoria de cinco años, ambos reconocen el enorme esfuerzo que han realizado sus empleadores.
Con mucho esfuerzo y dedicación, Otoniel y su esposa esperan que en los próximos años su taller se convierta en un referente de la industria textil en Nicaragua.