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Crítica a Blonde: "Un desastre cinematográfico", dice experta en cine
Duración: 127 minutos
Género: Drama Psicológico/Ficción Historia
Si nos adentramos en los reflectores y (muchas) sombras de la película protagonizada por Ana de Armas, donde se cruza la audacia formal con una perspectiva cuestionable versus una verdadera Marilyn Monroe, tendremos como resultado esta mala producción de Netflix titulada: “Blonde”.
Al hacerme la pregunta que ocupa el título de este artículo: ¿Es “Blonde” un desastre cinematográfico?, intentamos evidenciar las dos corrientes de opinión que se han creado alrededor de la película de Netflix y que realmente forman parte de su ADN: lo que nos plantea el filme es una propuesta formal tan arriesgada como valiente (cambios de formato, saltos del blanco y negro al color, transiciones visualmente ingeniosas, narración fragmentada) que puede entusiasmar a los que disfrutan con la técnica y una historia de perspectiva tan cruel y errada que resultará inaceptable para quienes consideren a Marilyn Monroe como un ser humano más allá de su condición de mito. ¿Todo vale en nombre de la ficción?
Esta ambiciosa producción, que ha tardado una década en realizarse y a la que hasta Netflix puso más de una traba antes de su estreno, nació para ser provocadora. Para lo que no nació, a la luz del resultado final, es para ayudarnos a conocer mejor a Norma Jeane Baker. Al final, todo el mundo ha querido siempre un trozo de Marilyn Monroe.
La película empieza con una de las imágenes más famosas de Marilyn Monroe: la escena de “La tentación vive arriba” (Billy Wilder, 1955) en la que a la actriz se le levanta el vestido blanco al pasar por una alcantarilla.
“Blonde” empieza con el mito, moviéndose en cámara lenta y con una imagen en blanco y negro, casi invitándonos a mirar más allá y adentrarnos en su historia.
Así lo hacemos: el relato da comienzo con la infancia traumática de Norma Jeane junto a una madre mentalmente inestable y un padre ausente y anónimo que podría haber sido una estrella del cine, sigue a la pequeña hasta el orfanato donde creció y alimentó sus demonios.
Esta película nació queriendo ser un escándalo, pero su camino hacia el infierno de Marilyn Monroe, transita entre lo emocionante, lo extremo y lo ridículo.
Pésima y mediocremente abordada, con un punto de misoginia realmente repulsivo. La Marilyn de “Blonde” y que a ratos puede parecer una idiotizada y típica diva sin cerebro, no es tonta ni eternamente sonriente: su debate interno con Norma Jeane, su insana relación con su propia sexualidad y la búsqueda eterna de un padre desconocido marcan una película que en cada plano quiere innovar y crear nuevas tendencias para deslumbrar al espectador, cosa que a mi parecer ni medianamente se logró.
Por momentos la vale, desde luego: la cinta de Netflix agota, pero su retrato de una actriz rota en todos los sentidos y la lucha propia contra el ícono que ella misma había creado, si bien no hace justicia al personaje real, sí que crea grandes momentos ficcionados. “Blonde” es un biopic terrible, pero una estupenda obra de ficción que pudo haber sido mucho mejor.
A veces. El problema de filmar una película tan extrema y chocante como “Blonde” es que cuando acertás, lo hacés por completo.
Hay cientos de hallazgos entre el frenético tornado de planos imposibles, empezando por ese viaje en coche al mismísimo infierno (no hay mucha sutileza aquí y es burdamente cruda esta escena) que termina culminando con otro viaje, esta vez solo de ida, a un interior deprimido, cansado y harto de su propia existencia desencadenado por una simple tarjeta de felicitación.
No se le pueden quitar méritos: guste más o menos, la cinta pretende ser escandalosamente buena, exagerada, obligatoria y más grande que el cine, pero a mi parecer es una mala y mediocre película más que se quedó en el intento de poder haber
llegado a ser magistral. No siempre lo logra, pero nunca se rinde un Director de Cine empeñado en sacar a flote una película que está completamente sumergida y hundida en el fracaso.
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