27 años de la trágica muerte de Lady Di
Diana Spencer, princesa de Gales falleció el 31 de agosto de 1997 en un fatídico accidente automovilístico en París.
La muerte de la princesa Diana, a sus 36 años de edad, fue uno de los acontecimientos más relevantes para el Reino Unido durante el siglo XX, el mismo generó conmoción alrededor del mundo entero.
Durante la madrugada del 31 de agosto del año 1997, la noticia que invadía diferentes medios de comunicación británicos y extranjeros era el accidente automovilístico en el interior del túnel del Alma en París, Francia, donde la princesa de Gales, su aparente pareja sentimental, el millonario Dodi Al-Fayed junto al conductor del vehículo, Henri Paul se vieron involucrados, perdiendo la vida en el acto estos dos últimos y dejando como único sobreviviente a Trevor Rees-Jones, guardaespaldas de la pareja.
Lady Di aun con signos vitales, fue traslada de inmediato al Hospital Pitie-Salpetriere, donde falleció alrededor de las 04:00 de la mañana.
Medios como la BBC afirmaron que la persecución de los paparazzis al vehículo donde viajaba la princesa contribuyó al fatídico accidente, ya que estos siguieron el automóvil desde su salida en el Hotel Ritz, mismo que le pertenecía al papá de Dodi, Mohamed Al-Fayed.
Esta noticia, luego de 27 años, todavía transciende fronteras, ya que Diana era amada por su labor social y aún es recordada como “La reina de corazones” o “La princesa del pueblo”.
El funeral de la princesa de Gales fue transmitido por televisión y alrededor de 2,500 millones de espectadores en todo el mundo siguieron el minuto a minuto del este magno evento que dejó luto y dolor.
Ante la relevancia del caso surgieron múltiples teorías (sin fundamento alguno) sobre el deceso de Diana y la más conocida es la supuesta responsabilidad de la entonces monarca del Reino Unido, la reina Isabell II, quien se convirtió en exsuegra de la difunta princesa tras el divorcio de esta con Carlos, príncipe de Gales, hijo mayor de su majestad y heredero al trono británico.
Para la Casa Real este acontecimiento resultó ciertamente complejo, ya que Diana, luego de su divorcio seguía conservando el título de princesa, pero esta ya no era miembro oficial de la realeza y no tenía derecho a un funeral de Estado; sin embargo, para la institución era casi imposible no dar este gran homenaje con el que el pueblo británico deseaba darle el último adiós a Lady Di.
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