25 países de Latinoamérica y el Caribe se comprometen a garantizar alimentos ante emergencia del coronavirus
Esta inciativa es coordinada por la FAO.
25 países de América Latina y el Caribe se comprometieron a coordinar esfuerzos para el abastecimiento de alimentos inocuos y nutritivos que mantenga la seguridad alimentaria de los 620 millones de habitantes de la región durante la pandemia del coronavirus.
Los ministros y secretarios de agricultura, ganadería, pesca, alimentación y desarrollo rural de 25 países de América Latina y el Caribe acordaron informar sobre las medidas que se seguirán tomando a fin de asegurar el abastecimiento de alimentos.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Cultura (FAO) en la actualidad, los mercados de la región cuentan con suficientes alimentos para asegurar el abastecimiento.
“Dieciocho millones de agricultores, pescadores, ganaderos y acuicultores, hombres y mujeres, siguen trabajando día a día en nuestra región para que los alimentos no falten en nuestras mesas. Lo mismo hacen las y los trabajadores de las agroindustrias, el transporte, las empresas importadoras y exportadoras, y los mercados mayoristas y minoristas”, asegura la FAO.
Según la FAO, a diferencia de crisis anteriores, la oferta de alimentos se ha mantenido estable en la región, no obstante, si la pandemia se extiende, las cadenas de abastecimiento de alimentos van a estar sometidas a mayor presión.
“Nos comprometemos a actuar coordinadamente, intercambiando información y buenas prácticas,y a adoptar medidas apropiadas de acuerdo con la realidad de cada país. Proveer asistencia técnica y financiera a los pequeños y medianos productores agrícolas, pesqueros, acuícolas, ganaderos, y pequeños y medianos agroindustriales, que aportan una alta proporción de los alimentos básicos para el consumo nacional”, enfatiza la FAO.
Los funcionarios de estos 25 países además se comprometieron a asegurar el funcionamiento regular de los mercados mayoristas locales, regionales y nacionales, así como a implementar programas de emergencia para prevenir las pérdidas y desperdicios de alimentos.
Los países además se comprometieron a promover que las políticas fiscales o comerciales, que definan los gobiernos como parte de su respuesta al efecto económico de la crisis, no debiliten el funcionamiento normal del comercio regional y global de alimentos.