Distintos trámites y necesidades ante la tragedia de perder a un familiar
Siete de las trece familias tienen previsto repatriar a sus fallecidos y así lo han solicitado, mientras que otros tres serán enterrados en España.
El ecuatoriano Jorge Miranda Miranda, de 37 años, trabajaba de repartidor y su compatriota Olga Lucrecia Nieto tenía 57 y era enfermera. Él será enterrado en Milagro (Ecuador), desde donde llegó en 2006, y ella en la ciudad española de Murcia, donde trabajaba en una clínica.
En ambos casos, según dicen a EFE desde sus entornos más cercanos, las administraciones afrontan los gastos de repatriación de él y del viaje a España de la madre y una hermana de ella.
Jorge y Olga Lucrecia son dos de las víctimas del trágico incendio ocurrido el pasado domingo en la zona de ocio de las Atalayas de Murcia, cuyo origen sigue siendo desconocido hasta el momento, en las que en total murieron trece personas, todas de origen latinoamericano, concretamente de Colombia, Nicaragua y Ecuador.
Siete repatriaciones solicitadas
Siete de las trece familias tienen previsto repatriar a sus fallecidos y así lo han solicitado, mientras que otros tres serán enterrados en España: dos en la misma ciudad de Murcia y otros dos en las localidades Caravaca de la Cruz y Molina de Segura.
"Yo estoy fatal, y más ahora que nos han dado las identidades", confiesa a EFE Rafael José Miranda, que se estableció en el barrio murciano de Santiago el Mayor hace 24 años y quiere enterrar a su primogénito, Jorge, en Milagro (Ecuador), su pueblo natal.
Rafael se ha puesto en contacto con el Consulado de Ecuador para tramitar la repatriación de su hijo y también cuenta con las ayudas económicas anunciadas por el Gobierno regional de Murcia para costear el traslado del cadáver y de un acompañante.
Pero además ha solicitado ayuda psicológica a los servicios sociales del ayuntamiento para que le ayuden a afrontar su duelo y el de sus tres nietos de 6, 8 y 10 años, que hasta ayer no sabían nada.
Caravaca se vuelca con las víctimas
El locutor colombiano de Supermix FM Ferney Lozano, muy querido en la comunidad latina por su programa "El Mañanero", tramita las ayudas previstas para la reagrupación familiar, en este caso, el vuelo desde Ecuador de su suegra, de 82 años, y una hermana de "Lulita", como llamaban sus amigos a la enfermera Olga, que perdió la vida la noche del domingo.
La colombiana Leidy Paola Correa, que llegó a Caravaca de la Cruz en 2017 junto a su familia y envió un desgarrador audio de despedida a su madre momentos antes de morir, con 27 años, será enterrada en el cementerio de esa localidad murciana gracias a la cesión de un nicho municipal.
Ese municipio murciano, donde se celebrará mañana un funeral conjunto por las víctimas, ayuda también a esta familia colombiana en los trámites abiertos por el Gobierno regional y el Consulado para trasladar a su yerno, Kevin, hasta Ecuador, donde había nacido y será enterrado.
El tanatorio de la localidad se ha ofrecido a su vez a asumir el coste de los servicios funerarios.
Las dos otras víctimas de Caravaca de la Cruz son un matrimonio ecuatoriano "perfectamente integrado", padres de tres niños de 7, 9 y 16 años, con una sólida red familiar, y que tenían seguro de vida que cubre los gastos del enterramiento.
En su caso, además de sufragar los gastos de estancia en el municipio de familiares que residen en Navarra, en el norte de España, que viajarán al sepelio, se les está dando apoyo psicosocial a los menores, que volverán el lunes al colegio y recibirán también allí asistencia especializada.
Asisten a familiares
El ayuntamiento de Murcia ha asistido desde el domingo a un centenar de familiares, ha facilitado alojamiento a 61 personas en un hotel de la ciudad y ha costeado la llegada de allegados de los fallecidos desde distintas ciudades españolas y desde Marsella, además de otros nueve vuelos desde Latinoamérica.
"Hemos puesto todos los medios económicos, materiales y personales para estar cerca de las personas. Se ha estado dando atención integral a las víctimas para no dejarlas solas", dijo Pilar Torres, concejala de Bienestar Social de Murcia, quien subrayó que todos los protocolos de intervención se mantendrán operativos el tiempo que sea necesario.