La lava de volcán La Cumbre, en Islas Galápagos, llega al mar tras 35 días en erupción
El flujo de lava que descendió por el sureste del volcán afectó la flora y fauna de la zona.
La lava emitida por el volcán La Cumbre, en la isla Fernandina, una de las más occidentales del archipiélago ecuatoriano de Galápagos, llegó este domingo al mar tras 35 días del inicio de su última erupción.
Así lo informó la Dirección del Parque Nacional Galápagos (PNG) al precisar que guardias de esa región observaron el contacto de la lava con el mar, en un proceso que estaba bajo vigilancia desde el pasado 2 de marzo cuando empezó el evento eruptivo, caracterizado por ser moderado e ininterrumpido.
Los técnicos que vigilan el proceso en La Cumbre estiman que el flujo de lava que descendió por el flanco sureste del volcán afectó la vegetación endémica de la zona como escalesias, palo santo y algunos cactus, así como una parte del área de vida de iguanas terrestres.
Con la llegada al mar de la lava por túneles subterráneos, es posible que iguanas marinas, peces y ciertos invertebrados costeros cercanos al sitio se vean afectados, añadió el PNG en un comunicado difundido por redes sociales.
Aclaró que los sitios de visita de la isla Fernandina, formación que está totalmente deshabitada, se mantienen abiertos, aunque la Dirección del Parque evalúa permanente la situación y podría aplicar nuevas medidas si fuese necesario.
De acuerdo a informes del Instituto Geofísico (IG), La Cumbre es uno de los volcanes más activos de Galápagos y se estima que desde hace algo más de 200 años ha tenido entre 28 y 30 erupciones.
Esa es "la mayor tasa de recurrencia de erupciones en el archipiélago", añadió el PNG tras recordar que en los últimos años se registraron en ese volcán procesos similares en 2017, 2018 y 2020.
La Cumbre, de 1.476 metros de altitud, se encuentra en la cúspide de la isla Fernandina, una isla que es el hábitat de poblaciones de iguanas terrestres y marinas, roedores endémicos, culebras, pingüinos y pinzones.
El archipiélago de Galápagos, situado a unos mil kilómetros al oeste de las costas continentales de Ecuador, está formado por trece islas grandes y sus reservas terrestres y marinas son consideradas como un laboratorio natural que inspiró al científico inglés Charles Darwin a desarrollar su teoría sobre la selección natural de las especies.