El huracán Rafael toca tierra en el suroeste de Cuba
El tercio occidental de la isla se encuentra aún bajo el azote del ciclón.
Rafael cruzó este miércoles el occidente de Cuba, de sur a norte, como huracán de gran intensidad, dejando a su paso una enorme destrucción -incluido un nuevo apagón total en el país- con vientos máximos sostenidos de 185 kilómetros por hora y lluvias de hasta 200 litros por metro cuadrado.
El tercio occidental de la isla se encuentra aún bajo el azote del ciclón, que está afectando a más de cuatro millones de personas -incluidos los más de dos millones de La Habana- y supone un nuevo golpe para un país sumido en una grave crisis económica y energética desde hace un lustro.
Rafael está provocando cuantiosos daños materiales, según ha podido comprobar EFE en las provincias de La Habana y Artemisa, las dos donde se esperan mayores estragos. Hasta el momento no se ha informado de víctimas.
La capital, donde algunas ráfagas han superado los 110 kilómetros por hora, parecía a primera hora de la noche una ciudad fantasma y a oscuras, sin personas ni vehículos en las calles inundadas e infinidad de árboles caídos y escombros irreconocibles salpicados sobre el asfalto.
Cualquier evaluación preliminar de las autoridades tardará aún días en difundirse. Hay daños en viviendas e infraestructuras públicas; inundaciones que han dejado localidades incomunicadas; enormes pérdidas en cultivos; la suspensión del tráfico terrestre, aéreo y marítimo; penetraciones del mar en zonas costeras bajas; caídas de postes de electricidad y árboles; y graves dificultades en las telecomunicaciones.
Además, está el nuevo apagón total del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), que se encontraba ya en un precario estado por las repetidas averías en sus obsoletas centrales termoeléctricas y el déficit de combustible, fruto de la falta de divisas para importarlo.
Evacuados
Las autoridades han dado cuenta de decenas de miles de evacuados, unos 50.000 solo en La Habana. Uno de ellos, Ismael, dejaba por la mañana su hogar en Batabanó -una zona costera de riesgo- tras haber amarrado con sogas a cierta altura todos sus muebles -incluida la cama- a los pilares de la casa.
Este pescador, de 52 años, nunca había abandonado su vivienda con huracanes anteriores, pero esta vez hizo caso a los llamados oficiales. "Este se ve feo", confió a EFE antes de subir a un autobús lleno de vecinos evacuados.
Rafael tocó tierra como huracán de categoría 3 (sobre 5) en la escala Saffir-Simpson en el suroeste de Cuba. Según el Instituto Meteorológico (Insmet) nacional, entró sobre las 16:20 hora local (21:20 GMT) por la playa Majana, en la costa sur de la provincia de Artemisa, a unos 70 kilómetros de La Habana.
Su camino de destrucción por Cuba le llevó unas tres horas, según los expertos. No obstante, los efectos de Rafael se van a sentir muchas horas después de su salida de nuevo al mar.
El Insmet alertó de las persistencias de intensas lluvias y fuertes vientos bien entrado el jueves. Ademásadviritió frente a marejadas y olas de 5 a 7 metros en la costa noroccidental.
Rafael es el segundo huracán que toca tierra cubana este año, tras el paso de Óscar (como categoría 1 primero y luego, tormenta tropical) por el extremo nororiental de la isla, donde dejó al menos ocho muertos, más de 12.000 viviendas dañadas y 13.000 hectáreas de cultivo con diversos grados de afectación.
El plan de acción elaborado por Naciones Unidas para recuperar la región afectada por Óscar busca movilizar 33 millones de dólares.
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