
EFE
Los muertos en Birmania superan los 2.000 entre dificultades para la ayuda humanitaria
Hay más de 3.900 heridos a causa del seísmo.
Los fallecidos por el terremoto de magnitud 7,7 que sacudió el viernes Birmania ascendieron a más de 2.000 este lunes, según cifras de la junta militar y de la oposición prodemocrática, entre dificultades para las tareas humanitarias en el país en conflicto.
El portavoz de la junta militar que detenta el poder desde el golpe de Estado de 2021, Zaw Min Tun, confirmó en un mensaje de telefonía móvil a EFE que el número de muertos aumenta a 2.056, mientras que hay más de 3.900 heridos a causa del seísmo.
Por su parte, el Gobierno de Unidad Nacional (NUG, en su siglas en inglés), opuesto al régimen castrense y que controla algunas zonas del país, entre ellas partes afectadas por el sismo, elevó hoy en su último boletín los fallecidos a 2.418.
"Hasta la tarde del 31 de marzo, el número de muertos confirmados por el terremoto ha ascendido a 2.418, y muchas personas siguen desaparecidas", señaló en un boletín el NUG, que precisó que sus datos han sido recopilados por sus equipos en sus zonas de control y "fuentes fiables" en otras áreas.
Medios locales independientes como el portal Mizzima suben la cifra a 3.000 fallecidos, y denuncian que la asistencia prestada por el régimen castrense es insuficiente.
Problemas para la ayuda
Tres días después del terremoto, el despliegue de la ayuda avanza a cuentagotas, con rescatistas y personal humanitario sorteando numerosas dificultades para llegar a las zonas más afectadas, en la región de Sagaing y de Mandalay, con las ciudades homónimas entre los lugares más impactados.
Imágenes aéreas muestran la destrucción de Mandalay, con montañas de escombros y grandes edificios combados y derruidos en la que es la segunda ciudad más grande del país.
Entre los equipos que han llegado a Birmania se encuentran rescatistas de China y Rusia, ambos países con los que la junta mantiene relaciones y con más facilidad por tanto para el acceso.
Rescatistas chinos procedieron hoy a la búsqueda de víctimas en edificios derrumbados, rescatando a primera hora del lunes a cuatro personas, entre ellas un niño de cinco años y una embarazada, mientras miembros del equipo de rescate ruso instalaron sus tiendas de campaña temporales cerca del estadio de Mingalar Thiri.
Al cierre de al menos dos aeropuertos, entre ellos el de la capital, Naipyidó, y el de Mandalay, y al destrozo de carreteras y puentes, se añaden los enfrentamientos entre las fuerzas armadas y las guerrillas, que suponen otro obstáculo en el acceso a lugares afectados.
El NUG denunció hoy que los bombardeos militares continúan pese a la tragedia natural, con al menos 11 desde el sismo y un total de 10 fallecidos.
La enviada especial de Naciones Unidas para Birmania (Myanmar), Julie Bishop, pidió hoy un cese de hostilidades para concentrar los esfuerzos en ayudar a las víctimas.
"La continuación de las operaciones militares en zonas afectadas por la catástrofe entraña el riesgo de que se pierdan más vidas", indicó en un comunicado.
Situación desesperada
Actores humanitarios mantienen conversaciones con la junta para que emita con prontitud los visados a personal especializado en la atención de desastres, según dijo a EFE una fuente del sector, que prefirió el anonimato, y que remarcó la necesidad de tener en cuenta que "cada hora es crucial" en estas circunstancias.
El régimen militar ha denegado asimismo la entrada a prensa extranjera para cubrir el terremoto, según pudo saber EFE.
La ONU exigió este lunes acceso sin trabas para poder entregar medicinas y alimentos sin distinción política, en un país que ya tenía a un tercio de su población (20 millones de personas) con necesidades básicas sin cubrir antes del sismo.
El organismo alertó que los hospitales están desbordados y que muchas personas están durmiendo a la intemperie por miedo a nuevas réplicas.
La oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA, en inglés) explicó a EFE, a través de mensaje de audio enviado desde Rangún, que todavía están recabando información sobre el "impacto masivo" que ha dejado el terremoto en "múltiples regiones".
Asimismo, la organización Ayuda Cristiana, que agrupa a iglesias de Reino Unido e Irlanda, difundió este lunes el relato de uno de sus trabajadores en el terreno, que habla de la necesidad de tomar medidas sanitarias cuanto antes.
"Mucha gente duerme en las calles porque no tiene hogar. Debido a la gran cantidad de personas fallecidas, ahora tenemos muchos cadáveres, y (obtener) bolsas para cadáveres será esencial a medida que comienzan a descomponerse", dice el trabajador, que prefirió mantener el anonimato.
Birmania se encuentra en una espiral de crisis económica y conflicto desde el golpe militar de 2021, que acabó con una década de transición democrática.