Intentan estafar a migrantes nicaragüenses varados en Panamá
Los nicaragüenses están desesperados por volver a Nicaragua debido a las condiciones en las que se encuentran
La Asociación de Residentes Naturalizados (Arena) de Panamá, advirtió este miércoles que ha recibido denuncias de migrantes nicaragüenses a quienes se les intentó estafar con la falsa promesa de traerlos a Nicaragua.
Al menos 800 nicaragüenses se encuentran en centros de refugios en Panamá, a espera de una autorización, para que puedan viajar a su país, sin embargo, debido a las condiciones en las que se encuentran podrían caer en las estafas.
Rafael Rodríguez, presidente de Arena de Panamá, afirmó que al menos tres nicaragüenses denunciaron que intentaron estafarlos con traerlos a Nicaragua, pero estas personas no tenían las debidas autorizaciones.
Según el acuerdo firmado entre Nicaragua, Costa Rica y Panamá, para el proceso de repatriación de estos migrantes, se debe realizar en grupos de 100 personas y entregar los documentos de las personas por cada grupo que viajará a las autoridades de Migración, para que estos emitan la autorización de su salida en un lapso de 72 horas.
Según la directora de asesoría legal de Migración de Panamá, Nadia Pérez de Sing, las salidas humanitarias de migrantes, se deben hacer en coordinación con la Cancillería, el Ministerio de Seguridad y el Ministerio de Salud.
Según la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), del total de nicaragüenses que se encontraban en los centros de albergues de Panamá, solo 189 han ingresado a Nicaragua.
“Ya han salido dos buses, el sábado salieron 89 y hoy 100, serían 189 prácticamente en seis días. Aquí en Nicaragua han sido 8 horas de revisión, eso es demasiado cuando ya se les había enviado el listado, ya tenían la información, esto debería ser más ágil, si ya los autorizaron no sé a qué se debe la lentitud”, manifestó Pablo Cuevas, asesor legal de la CPDH.
Javier Robles, uno de los migrantes que retornó a Nicaragua, manifestó que les explicaron que en el próximo viaje se priorizaría a mujeres embarazadas y quienes poseen enfermedades preexistentes.
“No todos alcanzábamos en el alberge donde estuvimos seis días, había gente que dormía en la acera, pero en su colchoneta y pese al hacinamiento nos tratamos de proteger del Covid-19. Todos andan sus mascarillas, alcohol gel, teníamos donde bañarnos y lavarnos las manos, cuando un día no hubo agua por suerte había un río cerca”, detalló Robles.