Unicef propone crear estrategias para disminuir el trabajo infantil
En América Latina el trabajo infantil aumentará debido a la pandemia, advierten especialistas
Organizaciones que son parte del sistema de Naciones Unidas vinculadas a la niñez y los derechos humanos han coincidido que la pandemia del Covid-19 aumentará de manera significativa la migración y el trabajo infantil en América Latina respecto a las últimas dos décadas.
En junio de este año, la organización internacional del Trabajo (OIT) advirtió que la actual crisis sanitaria mundial amenaza con poner en riesgo a millones de niños al estar expuestos a realizar trabajo infantil, un problema que ya venía arrastrando Latinoamérica y el Caribe.
Francesco Carrella, especialista de migración laboral de la OIT destacó que una de las características del trabajo infantil en la región es que es un trabajo peligroso en su 75 por ciento, que comúnmente ejercen niños y niñas entre los 12 y 17 años de edad, es decir dos tercios del total de esa población. También hay un 37 por ciento de niños y niñas entre los 5 y 11 años de edad involucrados en el trabajo infantil.
“Es una trabajo informal en la enorme mayoría, 90 por ciento de los niños y niñas involucrados en el trabajo infantil lo hacen en la economía informal. No tenemos información sobre el trabajo forzoso y otras formas de trabajo infantil lo cual es muy problemático”, dijo.
La pobreza y la precariedad que ya padecían los países de la región muestran tendencia a aumentar como efecto colateral de la pandemia, lo que estaría alentando a los niños a migrar ya sea solos o acompañados.
Diego Lorente, asesor regional de protección a la infancia de Unicef explicó que otros de los factores de riesgo que estimularían este crecimiento es que por ejemplo en países como Honduras el 74 por ciento de los niños “viven en lugares calificados como pobres, el 68 por ciento en Guatemala, el 44 por ciento en El Salvador”.
Lorente hizo mención del surco migratorio venezolano y destacó un reciente informe de World Vision publicado en junio de este año con datos que se derivan de los efectos del Covid-19.
“Vemos que el 77% de los niños venezolanos encuestados en Brasil no asisten a clase, hay un grave riesgo de acceso a alimentos. El 82 por ciento de los niños migrantes en Chile y el 86 por ciento en Perú revelaron que tienen serios problemas de alimentación, o vemos como en Ecuador el porcentaje de niños migrantes que tienen sus clases suspendidas, que ni siquiera han podido entrar a la escuela es el 85 por ciento”, manifestó el especialista.
Con este escenario, Unicef ha propuesto a los países un conjunto de medidas enfocadas a disminuir el riesgo de aumento del trabajo infantil al ampliar la “protección social, facilitar la concesión de créditos a hogares en pobreza, promover el trabajo decente para los adultos, facilitar el regreso de los niños a la escuela sin costos de escolaridad”.
Unicef también propone que se destinen más recursos para realizar inspecciones laborales, identificar a los niños y niñas que están fuera del sistema escolar incluyendo a los que son migrantes, desarrollar respuestas integrales de atención y protección.