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Fundación del Río alerta de una posible contaminación con cianuro en el Lago Cocibolca

Esta es la denuncia que hace Fundación del Río.


Entre 10 a 15 quintales de cianuro fueron vertidos en el Lago Cocibolca, informó a través de un comunicado la Fundación para la Conservación y el Desarrollo del Sureste de Nicaragua, conocida como Fundación del Río.

El cargamento “se movía de contrabando desde Costa Rica para abastecer a los molinos artesanales de minería ilegal de oro”, señala el comunicado de la organización ambiental.

La embarcación y sus tripulantes naufragaron el domingo 4 de octubre a la media noche.

Según Fundación del Río, el naufragio con el cargamento de cianuro ocurrió a 4 millas náuticas del municipio de San Carlos, al norte de las islas de las Bastillas, frente a las costas de Morrillo.

La mayoría de los cianuros son venenos potentes y de acción rápida, y es la sustancia química elegida para la recuperación del oro del mineral.

Dionisio Álvarez, dueño de la embarcación, fue rescatado con vida, sin embargo, uno de los tripulantes identificado como Yabran Francisco Aburto Díaz fue encontrada sin vida.

Juan López Báez, el segundo tripulantes, aún se encuentra desaparecido.

Fundación del Río condenó que a la fecha ninguna autoridad de Gobierno se haya pronunciado sobre el caso, ni haya emitido ningún tipo de alerta a la población sobre las consecuencias de contaminación por cianuro en el Lago Cocibolca.

“El Ejército de Nicaragua emitió un comunicado reportando el naufragio el día 5 de octubre, sin embargo omite de manera intencionada la posible contaminación del cargamento ilegal de cianuro que transportaba la embarcación y tampoco señala la ruta de contrabando ampliamente conocida en el municipio de San Carlos”, explicó el organismo.

Fundación del Río alertó a la población local que consumen agua directamente del Lago a tomar las medidas necesarias para disminuir los riegos de una eventual contaminación masiva en los sistemas de abastecimientos, así mismo advirtió no consumir pescado hasta no tener evidencias suficientes de salubridad.

Desde 2016, el organismo que vela por la protección del medioambiente ha venido denunciando lo que denominan “la Fiebre de Oro” en la región sureste de Nicaragua, misma que se ejecuta “ante la vista y paciencia de las instituciones del estado”.