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Un hogar roto: El duelo de un joven capitalino tras perder a su mamá por Covid-19

Psicólogos brindan recomendaciones para vivir la etapa del luto


Jeffrey Espinoza, recuerda como hace tres meses la vida de su madre Esperanza Ampié de 61 años fue arrebatada en cuestión de días por la covid-19. La pérdida de su ser querido le ha generado a él y a su familia un proceso doloroso que parece no acabar y que ha traído consigo secuelas físicas y mentales.

Ampié recuerda que su madre trabajaba en el área estadística del Hospital de Ciudad Sandino y estuvo en la primera línea durante toda la pandemia y no se había contagiado, pero el 8 de septiembre iniciaron los primeros síntomas, como fiebre, bajo el nivel de oxigenación a menos de 86 y tos, para ser llevada a un centro médico días después.

“Aparte del vacío que deja físicamente, tengo ataques de llantos, se me salen las lágrimas y es que pasaste con esa persona toda tu vida y sabias que no iba a ser eterna, pero que ibas a tener la oportunidad de verla envejecer, de cuidarla, de darle un poco de lo que te dio”, añadió Espinoza.

El joven de 29 años reconoce que el trabajo ha logrado aminorar las cargas emocionales, porque se distrae de la situación sentimental, pero no está del todo sano.

“El problema está cuando entro a su cuarto, cuando veo sus objetos de valor, es la parte complicada; no solo me ha dejado secuelas mentales tales si no también físicas, como la pérdida de cabello, cansancio, subidas de depresión, el estrés, son situaciones de salud y mental que me han estado deteriorado”, dijo Espinoza.

Espinoza asegura que solo 4 días bastaron para que su madre agravara su condición de salud y la pandemia acabara con la vida de su madre. Tras su ingresó a un hospital capitalino no la volvieron a ver nunca más.

A las 2:00 de la mañana fue entregado el cuerpo de su madre en el ataúd, el que no podía ser abierto y debía ser sepultado de forma inmediata.

Jeffrey recuerda que fue toda su familia la que se infectó con la covid-19, pero solo su madre perdió la batalla porque tenía enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión, aunque en la acta de defunción del hospital colocaron como causa de muerte únicamente el infarto y no la pandemia que lo propició.

Con las fiestas de fin de año, expertos en salud mental reconoce que hay quienes podrían cargar un sentimiento de culpabilidad por ejecutar alguna reunión familiar tras una reciente perdida, pero esto no debe dejarles agobiar.

“Hay que evitar frases, como ´ya falleció´, ´ya murió´ y pensar en la muerte no como el final, sino como el principio de algo, decir ´ya trascendió´ de esta vida, pero no es el final”, finalizó el experto en la salud mental, Renato Montealegre.