Organización para Ciegos de Nicaragua teme deserción en 2022, por falta de adaptación a clases en línea
Al menos un 3% de personas con discapacidad visual, lograron profesionalizarse en 2021.
Al menos un 3% de personas con discapacidad visual, lograron profesionalizarse en 2021, a través del acceso a la educación superior, según la Organización para Ciegos de Nicaragua “Maricela Toledo”, para este año, la cifra de ingreso es similar.
Yader Guillén, integrante de Junta directiva de esta Organización, teme que en 2022 exista “un estancamiento” en las universidades y mayor deserción de las personas ciegas, porque no se están adecuando a las clases en línea.
“Las personas con discapacidad físico motora tendrán grandes limitantes, porque la virtualidad es estar detrás de la pantalla, tiene que buscar un apoyo, en el caso de las personas con discapacidad visual, deben adecuar los materiales que se van a facilitar para que posea libre acceso a la información”, refirió Guillén.
Agregó que aunque existen mayores profesionales graduados en las universidades con discapacidad visual, aún se les dificultad encontrar plazas laborales, "porque los empleadores le temen a las adaptaciones que represente aceptarlos, han olvidado la Ley 822, Ley de Concertación Tributaria, con la que están exentos de impuestos por estos cambios en sus instalaciones", dijo.
Alegó que "una persona con discapacidad visual, no significa que no pueda ejercer un espacio laboral, los empleadores deben de poseer un poco más de apertura y no ver a la persona por la discapacidad, sino verlo por la capacidad, si estamos presentando un curriculum que está bastante interesante, hay que brindar el espacios laboral para el sector”, añadió Guillén.
Jairo Flores, docente investigador en educación, reconoce que la mayoría de universidades cuenta con la infraestructura, como rampas y señalización para estos estudiantes, sin embargo, la prioridad es poseer un equipo de docentes preparado para atender estos casos.
“Que tengan sobre todo el conocimiento de metodología, alternativa de materiales didácticos que puedan utilizar con los estudiantes, para que no se sientan excluido, pero sobre todo, tener tacto humano para evitar el menosprecio a los estudiantes por su condición, hay que establecer espacios de orientación y consulta para estos estudiantes y sobre todo hay que apostar por la participación plena dentro y fuera de la universidad”, expresó Flores.
De acuedo con el especialista, hay que establecer un vínculo directo desde lo personal y no desde el déficit que pueda tener el estudiante, porque eso va a empeorar si existe la exclusión en el aula de clase.
“Muchas veces incrementamos su inseguridad, hay que permitirle autonomía, no ayudarle si no lo necesita, hay que hacer ver las diferentes posibilidades reales que tienen y no su condición, no sus limitaciones, hay que saludarlo, no jugar a las adivinanzas, hay que identificarse plenamente con él y decirle cosas claramente”, finalizó Flores.