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Palomas castillas han tenido que readecuar su hábitat natural en Nicaragua

De acuerdo con ambientalistas, ha sido por las construcciones que ha hecho el ser humano.


Ambientalistas condenaron el reciente envenenamiento de al menos 50 aves que formaban parte del atractivo turístico del Parque Central de la ciudad de Granada y afirman que las autoridades ambientales y policiales deben colocar vigilancia permanente en la zona.

Raomir Manzanares, investigador ambiental e integrante del Club de Jóvenes Ambientalista, manifestó que llama la atención que en este sector no exista vigilancia de parte de la Policía Nacional, la Policía Turística, la Alcaldía de Granada y del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena).

Actualmente, son cuatro comerciantes los que están siendo investigados por este hecho, pero no se conocen más avances.

“Estas personas que trabajan en el centro del casco urbano de la ciudad de Granada deben ser capacitadas, deben de ser registradas, de colaborar y se les debe de colaborar a ellos porque muchos han expuesto la falta de atención de las autoridades locales”, dijo Manzanares.

El experto aseguró que, la Paloma Bravía, mejor conocidas como Palomas Castilla, han tenido que readecuar su hábitat natural en Nicaragua por las construcciones que han destruido la suya.

Su hábitat natural lo constituyen paredes rocosas, acantilados y cuevas, pero han sido domésticas y asilvestradas en todo el mundo, por eso ahora usan especialmente ciudades y construcciones humanas del mismo modo que las poblaciones naturales usan los muros rocosos.

“Se han a la parte urbana de ciudades como Chinandega, León, Granada y Diriamba, que por lo general se ubican en los centros de las ciudades y esto lo hacen porque hay una determinada cantidad de árboles en esta zona, porque nosotros hemos terminando el bosque periurbano (espacio natural cercano a las ciudades) y no les queda de otra que buscar estructuras”, refirió Manzanares.

Manzanares agregó que debe ejecutarse un estudio para conocer si hay o no sobrepoblación de esta especie, pues es común verlas habitar iglesias, catedrales y cualquiera otra edificación de gran altura.

“No está en todas partes de la ciudad, solamente se mantienen en X partes ya visibles, recordemos que las palomas también son reguladoras de otras especies, no olvidemos que todo es un sistema de cadena”, mencionó Manzanares.

Según el ambientalista, quienes envenenaron estos animales violentaron la Ley 747, Ley para la protección y el bienestar de los animales domésticos y animales silvestres domesticados.

El código procesal penal de Nicaragua también sanciona a quien altere el entorno o paisaje natural, con cien a trescientos días multa.