Una veintena de nicaragüenses han perdido la vida cruzando el Río Bravo en 2022
Se tenía previsto que a partir de este 23 de mayo quedaría inhabilitado el Título 42 que permite retornar a migrantes al país azteca desde EE. UU., pero un juez logró frenar la propuesta.
Darling Francisca Rosales Ortiz, de 32 años, se convirtió en la vigésima migrante nicaragüense del 2022, que pierde la vida intentando cruzar el Río Bravo, en México, para cumplir con la misión de llegar a Estados Unidos (EE. UU.).
La organización Texas Nicaraguan Community, informó que el cuerpo fue encontrado del lado estadounidense y llevado a la morgue en Texas, donde espera ser retirado por sus familiares.
La mujer, originaria de Managua, viajaba junto a su hijo menor de edad, de iniciales D.M.C.R, quien está con vida y siendo resguardado del lado mexicano, con la colaboración de la Asociación de Nicaragüenses en México.
Un familiar de Rosales, quien prefirió no brindar su nombre, contó que la mujer partió junto a su esposo y dos hijos varones el pasado 8 de abril.
“Al momento de cruzar el río el hijo mayor y el esposo lograron llegar, pero ella y el niño pequeño no pudieron, a los dos días gracias a Dios los encontraron al niño con vida”, mencionó.
Rosales tenía familiares en Houston, Texas, por ello aún esperan ejecutar las coordinaciones para decidir si trasladar el cuerpo a este Estado o lograr repatriarlo a Nicaragua.
“Tenía allá a su mamá y su hermana, no sabemos que van a decidir; en cuanto al niño, entiendo que pedirán una visa especial para poder trasladarlo con ellas”, añadió el familiar de la fallecida.
El comisionado nacional del Instituto Nacional de Migración de México, Francisco Garduño Yáñez, dijo al medio de comunicación digital Impacto Visión Noticias, que para evitar sigan ocurriendo estas muertes en el Río Bravo, reforzarán con más personal las fronteras.
“Lo dijo el gobernador de Texas, Greg Abbott, que pusiéramos nosotros unas mallas con púas, no lo vamos a hacer, no importa si es de acero o si es mallas, no podemos exponer la integridad de los migrantes en una política de irrespeto a los derechos humanos”, dijo Yáñez.
El funcionario permitió ampliar las oficinas del IMN en Piedras Negras, ciudad donde se ubica el Río Bravo y rentarán más casas e instalarán más campamentos, para los migrantes que están siendo devueltos de EE. UU. a México, bajo el Título 42.
“Si son venezolanos, no es posible regresarlos a su país, porque no lo van a permitir, tampoco a los nicaragüenses, cubanos y haitianos, todos ellos se quedan en México, a los que sí estamos devolviendo a su país son hondureños, guatemaltecos y salvadoreños, pero tenemos migraciones del continente africano y el continente asiático también”, indicó.
Anita Wells, presidente de la Nicaraguan American Human Rights Alliance (NAHRA), explicó que en los albergues de los que habla Yáñez, las condiciones son deplorables y que los nicaragüenses han sido trasladados a algunos del Estado de Ladero y Monterrey.
“En Monterrey hay cuatro albergues y tenemos conocimiento que solo en uno de ellos hay hasta 250 nicaragüenses, solamente se les puede dar de comer una vez al día, las condiciones sanitarias son espantosas”, refirió Wells.
Se tenía previsto que a partir de este 23 de mayo quedaría inhabilitado el Título 42 que permite retornar a migrantes al país azteca desde EE. UU., pero un juez federal de ese país norteamericano logró frenar la propuesta y se han arreciado las detenciones y posteriores devoluciones a alberges mexicanos o a los países de origen.