Joven sorda se convierte en destacada profesional de la contaduría pública
Su discapacidad auditiva no le impidió ser la mejor estudiante de su curso en una universidad privada.
Para Cynthia Fornos Castillo, habitante de Managua, las barreras impuestas por la vida nunca han sido insuperables, a pesar de haber nacido sorda, esto no le ha impedido alcanzar un alto nivel académico.
En agosto de este año se graduó de la carrera de Contaduría Pública y Finanzas en la Universidad de Ciencias Comerciales (UCC) y ganó el mérito como la mejor estudiante entre sus compañeros de estudios.
“Me habían dicho que yo iba a dar las palabras de agradecimiento el día de la ceremonia, nada más, y cuando dijeron que era la mejor alumna me quedé sorprendida”, contó Fornos mediante el lenguaje de señas
La joven recuerda que al inicio hasta el alma mater tuvo temor de lo que podría pasar al recibirla en su recinto, porque jamás habían tenido a una estudiante sorda.
“Sentían dudas de que si iba a poder o no, y sí se pudo, me gusto que siempre el trato fue igual, si salía mal o salía bien, bueno, gracias a Dios siempre salía bien, pero me trataban igual que al resto, nada de que porque era sorda me iban a tratar diferente, la comunicación igual, las exposiciones igual, en los exámenes igual, tenía que estar sola”, rememoró.
Pero este triunfo, la joven de 23 años, reconoce que no lo obtuvo sola, porque a su lado durante 4 años estuvo su intérprete, ella es Andrea Castillo, quien por recomendaciones llegó a su vida.
Andrea reconoce que también tuvo temor al inicio, porque había tenido experiencias previas interpretando a otros jóvenes universitarios sordos, quienes no terminaron sus carreras por motivos personales o dificultades a la hora de comunicarse con sus docentes, pero el caso de Cynthia fue distinto.
“Una anécdota que nos pasó es que yo estaba siempre de frente a ella sentada y un profesor me dice -cámbiese de ese lugar que ya vamos a empezar la clase-, se levantó y con su lenguaje de señas le dijo -yo soy una persona sorda, es mi intérprete y ella tiene que sentarse así, tengo que estar con ella-, nos reímos mucho porque al profesor le dio mucha pena y pidió disculpas una y otra vez”, mencionó Andrea
Las dudas de Andrea se debían a que la carrera de Contaduría Pública, se trata de una profesión que trabaja mucho con números y ella tenía que traducir todo a la gramática que utilizan las personas sordas, volviéndolo a veces más complicado.
“Llorábamos juntas, nos estresábamos juntas; una vez sacó una nota 80 o 81, no recuerdo bien, tantos años, ese día se puso triste, me dijo -no me gusta-, y yo le decía que se calmara, que faltaba el acumulado, pero ella siempre se ha esforzado para ser la mejor”, agregó.
Antes de la llegada de Andrea, quien tiene 16 años siendo intérprete, era su madre la encargada de ser su voz ante su familia y el mundo social, y desde que Cynthia estaba pequeña, sin preparación profesional alguna, aprendió su progenitora el lenguaje de señas.
Gloria Castillo, tuvo su primer acercamiento al idioma del lenguaje de señas a través de libros entregados por la Escuela Cristiana de Sordos Isaías 29:18, en donde estudio su hija durante toda su primaria y secundaria.
“El colegio nos instaba a aprender el lenguaje de señas, aquí está el diccionario, aquí está una hojita con señas y cosas así, lo fui aprendiendo; pero si al inicio fue a punto de palabras caseras que entre las dos hacíamos”, afirmó.
La afectación auditiva fue de nacimiento y se originó durante el embarazo de su mamá, quien se enfermó de rubeola.
Sus padres reconocen que algún momento tuvieron temor que los logros académicos y sociales actuales no llegaran, pero comprendieron que había que luchar por una inclusión real desde el núcleo familiar.
“Mi hija no es un mueble que tengo en mi casa, no es un espejo, una silla, es una persona que necesita acompañarse con otros niños, con otros jóvenes, con otras familias, siempre le hago saber que es especial y ella no es más que nadie, ni nadie más que ella, estamos iguales”, expresó Gloria.
La madre de Cynthia todos los días aprende nuevas señas, porque asegura que tras cada salida de la joven sola al cine, restaurante, trabajo o cualquier lugar de ocio aprende palabras nuevas.
“Cuando ya viene me cuenta que se encontró con otros amigos sordos como ella y ya me indica, mamá X o Y palabra ya no se dice así, sino que se dice así, es nuevo signo”, enfatizó.
Películas de superhéroes y telenovelas son las favoritas de esta joven y su madre, quien a su lado le traducen cuando las películas no tienen subtítulo.
“Algunos padres no saben y no quieren aprender el idioma de señas y su hijo es sordo, en este caso es increíble como ya la mamá manejaba el idioma, el papá manejaba el idioma y hasta el hermano, es todo un entorno familiar”, enfatizó la intérprete Andrea.
Actualmente, Cynthia labora en una institución gubernamental, en donde abrieron sus puertas a la inclusión y aunque sin intérprete a su lado, asegura que tiene una perfecta comunicación con sus compañeros de trabajo.
“Ya manejan más el abecedario, cualquier cosa que necesiten me toca a mí, me llaman o me escriben por papelito, cuando necesitan algo solo me avisan por mensaje y yo entregó los trabajos y estoy enseñando un poquito, tengo dos compañeras que están a la par mía que ahí están siempre apoyándome”, resaltó la joven.
A pesar de que Andrea o su madre siempre fueron su compañía, actualmente está siendo más independiente en todo su entorno social y laboral, pero el amor prevalece a quienes no la han abandonado el duro caminar.
El deseo de esta joven de 23 años es continuar con su preparación profesional, esta vez estudiando alguna otra carrera relacionada con finanzas y actualmente está tomando un curso avanzado de Excel.
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