Cardenal insta a católicos a mantener la fe y dar un buen testimonio en expresiones religiosas
Brindó estas declaraciones durante la celebración de la solemnidad que se realizó en honor a las fiestas religiosas de San Judas Tadeo en Managua.
A mantener la fe y el buen testimonio en las distintas expresiones religiosas dentro y fuera de los templos, fue el llamado que hizo este viernes el cardenal Leopoldo Brenes a los católicos en Nicaragua.
Desde hace unos meses la iglesia católica en Nicaragua ha tenido que cumplir con una serie de medidas orientadas por la Policía Nacional restringiendo varias procesiones de festividades religiosas por "seguridad pública".
"Lo importante es eso, que nosotros podamos dar testimonio y es una de las cosas que traigo para mi prédica hoy, el hecho que necesitamos parecernos a Jesús (...) Lo importante es que nosotros podamos celebrar nuestras fiestas desde una madurez de fe, que podamos crecer en la fe porque a veces se puede hacer una procesión y se hace un relajo, eso no es la cosa, hacemos la procesión para dar testimonio, pero también dentro de los templos podemos vivir nuestras celebraciones, porque lo importante es tener una experiencia personal, íntima y profunda con Jesucristo", señaló.
Mencionó que "tenemos que ir dentro de las posibilidades que se nos den, tenemos que ir adelante. Sé que en algunas parroquias no han salido procesiones, pero la gente ha participado activamente en nuestros templos, prácticamente han estado muy llenos, la gente ha participado con mucha piedad y eso es una cosa bien positiva. Lo importante es que nosotros podamos madurar en la fe".
El purpurado brindó estas declaraciones durante la celebración de la solemnidad que se realizó en honor a las fiestas religiosas de San Judas Tadeo, mártir de la fe cristiana, en el popular barrio de Managua que lleva el mismo nombre, donde Brenes estuvo al frente del ofrecimiento de la misa.
El cardenal también aprovechó para agradecer las muestras de cariño y consuelo que ha recibido por el reciente fallecimiento de su madre Lilliam Solórzano, el pasado 29 de septiembre.
"Visitar la parroquia es una experiencia hermosa, sobre todo en estos momentos, a cuatro semanas de la ausencia de mi mamá. El tener la cercanía de los sacerdotes, el padre Julio siempre ha estado cerca, prácticamente todos los sacerdotes de la Arquidiócesis, pero también los fieles a través de la oración y el visitar las parroquias en estos días me hace bien, porque el calor físico de la gente, las oraciones, vernos, también eso fortalece mi vida. Aunque uno sea obispo, sea cardenal, sea Papa, la muerte de la mamá no deja de zarandear y mover el piso", expresó.
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