Cortesía
Niños con padres ausentes por migración podrían desarrollar adicciones, dicen expertos
Depresión, ansiedad, adicciones, entre otras consecuencias, también podrían sufrir los menores, según especialistas en salud mental.
Miles de niños han quedado en Nicaragua sin sus padres, debido a que estos han migrado. Una de las consecuencias que puede conllevar este fenómeno es generar que niños y niñas caigan en depresión, bajo rendimiento académico y a largo plazo puedan desarrollar adicciones, según especialistas en la salud mental.
“Estos niños pueden desarrollar un trastorno que se llama Trastorno de Ansiedad por Separación, que puede llegar diferentes áreas de su vida, en el área social, escolar, familiar. Puede provocar trastornos del sueño, problemas de alimentación, estrés y todo esto es consecuencia de la migración de los padres, los niños tienen pensamientos de culpa y cuando ya son adultos desarrollan temor al abandono e inseguridades, es un proceso muy complejo, por lo que los padres no deben minimizarlo”, explicó Arcángel Blanco, psicólogo.
Además de estas secuelas, también existe el riesgo de que puedan ocurrir incidentes lamentables, según los especialistas, ya que la niñez y la adolescencia está mayormente expuesta a sufrir abuso, violencia y un sinnúmero de sucesos debido a la vulnerabilidad por la que atraviesan en ese momento.
“Recordemos que las tragedias ocurren en el seno del hogar, las personas con las que quedan a cargo los tratan mal; no estoy hablando del 100% de los casos, pero si es frecuente. Los marginan, los tratan como ´arrimados´ y eso va menoscabando en la autoestima de los niños, hay castigos severos, que los afectan aún más. Por lo que todas estas situaciones a grandes rasgos se van juntando y van creando adultos resentidos, depresivos, ansiosos y con posibles adicciones u otro tipo de patologías mucho más graves”, añadió Renato Montealegre, psicólogo.
Hasta noviembre del año 2022, más de 3 mil niños y niñas nicaragüenses cruzaron la frontera de Estados Unidos, según datos oficiales del país. Sin embargo, muchos más se quedaron en el país, al cuidado de abuelos, tíos o familiares cercanos.
