Aumenta el abandono animal, la otra cara de la migración
Pocos nicaragüenses están dispuestos a adoptar por ello algunas casas hogares han suspendido rescates.
La otra cara de la migración es el abandono animal, así lo refleja la historia de Alaska, una perrita Husky, que en Managua fue abandonada por sus dueños y ahora espera un segunda oportunidad en la Casa Hogar Lucito, en donde tienen hasta 50 mascotas esperando a ser adoptadas.
Ilse Díaz, directora de Casa Hogar Lucito, señaló que los dueños de Alaska partieron de Nicaragua y unos vecinos se hicieron cargo de ella pero no le daban los cuidados adecuados, según el reporte anónimo que les llegó.
"Vino con parásitos en la sangre y con sarna en la piel; el costo de su tratamiento ronda los 200 dólares mensuales, pero la estamos recuperando", dijo.
La directora de la Casa Hogar Lucito, pidió a los nicaragüenses que desean retirarse del país dejar en buenas manos a sus mascotas y no abandonadas en su hogar.
"Hemos tenido reportes de animales en su casa sólitos abandonados y otros que los dejan con familiares que después ya no se pueden hacer cargo de ellos", comentó.
Una situación que persiste es la falta de interés en la adopción de animales conocidos como criollos, según esta casa hogar.
"En el caso de Alaska cuando publicamos en redes su caso nos ofrecían que la recibían a como estaba y que iban ellos a comprarles todas sus medicinas, así de interesados estaban, pero si es un perro criollo no dicen lo mismo", señaló.
Pocas adopciones, menos rescates
Fundación Adán, quienes de momento tienen cancelados sus rescates de mascotas desde diciembre del año pasado, se encuentran en una etapa de reubicación, porque son hasta 100 gatos y perros los que albergan y las adopciones son mínimas.
Elisa Quiroz, directora de Fundación Adán, lamentó que actualmente ni los animales de raza se salven del abandono animal, por la falta de recursos para mantenerlos.
"Solo en febrero se nos fueron dos gatitos y nada más; y ahorita en lo que va del mes (marzo) ya igual dimos un gatito y dos perritos y ya estamos a 15 días del mes", enfatizó Quiroz.
Ni los perros de raza están exentos
La representante de Fundación Adán, refirió que ni los animales de raza están exentos del abandono, porque han conocido de casos, donde los dueños están sin trabajo, tienen otras dificultades económicas y no pueden cubrir los gastos médicos de su animal.
"Por lo general los animales, como los raza pitbull, tienen muchos problemas de piel y los problemas de piel, los tratamientos, los medicamentos son largos y caros; entonces no es como que una pastilla, tenés que estar constante con su baño, crema, pastilla y
comidas", mencionó.
Estos son los pasos para adoptar y donar
En el caso de la Casa Hogar Lucito si desea adoptar una mascota, sus instalaciones se ubican: de Pricesmart Carretera A Masaya, 300 Metros Al Oeste, 100 Metros Al Sur, Frente Al Parqueo Trasero Del Restaurante Oasis.
"Pedimos que sean mayores de 25 años, que la casa sea cerrada, que traigan su cédula y copia de un recibo de agua o de luz, para corroborar la dirección y que realmente sepan que tener una mascota es una inversión, es como tener un hijo y es un animal para toda la vida", remarcó Ilse Díaz.
La Casa Hogar Lucito, tienen una campaña permanente, donde los nicaragüenses puedan apoyarles con donaciones o comprando accesorios de mascotas.
"Pueden donar concentrado para mascota, ya sea para perro o gato, arena para gatos, artículos de limpieza, sabanas, cajas más que todo, cosas básicas para lo que es la limpieza, si tienen toallas usadas o sabanitas nos sirven de mucho para la época de lluvia", explicó.
En el caso de Fundación Adán debe llamar al número o enviar un Whatapp al 7839-9021.
"Que todos en la casa estén de acuerdo en la adopción, porque todos deben ser responsables del animalito; tiene que estar al cuidado de su salud; que vean si dentro de su presupuesto que va a ser cubierto su gastos de comida, medicamentos y sus vitaminas", finalizó Elisa Quiroz, de Fundación Adán.
Cabe destacar que ambas casa hogares establecen un protocolo de fiscalización por algún tiempo, para que la familia que acogió al animal este cubriendo debidamente sus necesidades.