Los hombres mayores de 50 años son los que más basura tiran en el país, según estudio
Los hombres en general, no importando su nivel de escolaridad, son los que más hacen un mal uso de los residuos.
Los hombres mayores de 50 años de edad, sin importar su nivel de escolaridad, son los que más basura arrojan en las calles de Nicaragua, según un estudio del Movimiento Jóvenes Ambientalistas divulgado este viernes.
El estudio, realizado en abril pasado con consultas a personas de diferentes edades, revela que, en el caso del sexo masculino, la generación de hombres de entre 20 y 30 años son los más receptivos en la concienciación de no tirar basura, mientras los varones mayores de 50 años, los menos.
"Básicamente, no ha habido ningún cambio entre la gente de hasta 60 años, con los jóvenes de 12. Se comportan prácticamente igual", comentó el consejero del Movimiento Jóvenes Ambientalistas y docente del Centro de Investigación Capacitación y Formación Ambiental (CICFA), Marvin Torres, al presentar el estudio.
Los hombres en general, no importando su nivel de escolaridad, son los que más hacen un mal uso de los residuos debido a que no depositan la basura en su lugar, frente a un 10 % que sí lo hacen, de acuerdo con la información.
En cambio, las mujeres, cuanto mayor nivel de estudios, mayor es la disposición de depositar la basura en los sitios destinados para tal fin, según el estudio.
Para los consultados, un 68 % piensa que la responsabilidad de mantener limpias las calles corresponde tanto a uno mismo como el trabajador de limpieza pública, un 27 % cree que corresponde a uno mismo, y un 5 % a esos trabajadores del ayuntamiento.
Durante la presentación del estudio, Torres advirtió, además, que ahora Nicaragua utiliza más plásticos de un solo uso, en su mayoría fabricados con aditivos químicos nocivos para la salud, que pueden ser incluso cancerígenos, provocar problemas respiratorios u otras enfermedades graves, además de afectar el ambiente.
Ese tipo de plásticos, entre envases y artículos desechables como envolturas, pajillas, bolsas, cubiertos, platos, vasos, entre otros, que se utilizan una vez, terminan arrojados en el suelo donde se dispersan a través de las corrientes naturales de agua, hasta llegar al océano, de acuerdo con ese movimiento ambientalista.
Ese organismo abogó para que tanto el consumidor como la parte que ofrece ese tipo de plásticos hagan un esfuerzo por limitar su uso, con el fin de evitar más daños al medioambiente.
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