Cómo sobrellevar el miedo de los niños en esta primera semana
Docentes y psicólogos terapeutas, coinciden en que es necesario el apoyo de los padres de familia en la primera etapa.
Kenia Morales, madre de familia, por primera vez llevó a su hija Dayra Rivera para que se integrara al primer nivel en la Escuela Eco Kinder en Managua. Relata que esta etapa también ya la vivió con Luciana Rivera, su otra hija de tercer nivel preescolar, quien tiene trastorno del espectro autista (TEA).
Añade que, para ella, integrar a sus hijas a la escuela no ha sido fácil, porque ha tenido que lidiar con los temores que experimenta toda madre en esta etapa, sabe que al dejarlas en la escuela significa salir de su zona de confort, al dejar en manos de docentes la responsabilidad del cuidado de sus hijas.
“Luciana es una niña con autismo no verbal, entonces era difícil, porque decía ´que tal si me le están haciendo algo y no me doy cuenta´, pero bueno, es una nueva etapa que hay que dejar soltar a los niños y niñas, para que ellos vayan fortaleciendo sus capacidades sociales”, cuenta.
Se necesita del apoyo de los padres
Docentes y psicólogos terapeutas, coinciden en que es necesario el apoyo de los padres familia en la primera semana de inicio de clases o durante la semana previa, para que ellos mismos dejen el estrés y muestren mayor positivismo.
“Usualmente en el kínder hacen como una semana previa, para que ellos vengan, estén en un lapso de tiempo corto, estén conociendo el proceso, la dinámica y que conozcan el espacio”, señala Leyla Soto, psicóloga y terapeuta de EcoKinder.
Incluso la forma de transportar y acompañar al infante en su primera semana de clases de parte del padre de familia, puede influir en su adaptación, según la especialista.
“Si tenemos un papá muy cargado emocionalmente, si tenemos un papá estresado por este ingreso, el niño también va a absorber todo este estrés, absorbe esta carga emocional y por ende lo va a externalizar con conductas des adaptativas”, refiere.
Hilda Palacios, directora de Eco Kinder, explica que cuando los hijos son únicos, el proceso de adaptación en la escuela puede ser un poco más complejo, en este tipo de casos suelen generarse episodios de “berrinches” y estrés en el estudiante.
Por otro lado, cuando el estudiante tiene autismo, esta condición no necesariamente determinará cómo será su adaptación al ambiente escolar, agrega.
“Lo esencial en estos casos es que el niño no falte durante esa semana que está en adaptación, porque podría llegar a creer que bueno si yo me pongo a llorar puedo faltar más tiempo, acá lo hace hay que darle fuerza ánimo y mucho positivismo”, remarca Palacios.
Kenia reconoce que, con su primera hija, se quedaba horas completas afuera del colegio, esperando a que llegara la hora de salida o recreo para poder verle, pero la confianza que hasta el momento le ha brindado el centro escolar le ha ayudado a digerir mejor el proceso de desapego.
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