Origen del Miércoles de Ceniza y ¿qué significa para la feligresía católica?
Este 14 de febrero dio inicio la Cuaresma, tiempo de preparación para la Pasión de Cristo.
Con la imposición de la ceniza en la frente, la feligresía católica fue partícipe de la tradicional misa del Miércoles de Ceniza con que da apertura la Cuaresma, un tiempo de preparación para la Pasión de Cristo mediante la reflexión.
Durante la homilía, la Iglesia católica pide a sus feligreses que oren y realicen ciertos sacrificios: el ayuno y la abstinencia tanto el Miércoles de Ceniza como todos los viernes posteriores hasta el Domingo de Resurrección.
Con tradicionales frases “Polvo eres y en polvo te convertirás” y “Conviértete y cree en el evangelio”, las que son pronunciadas por los sacerdotes mientras dibujan la señal de la cruz en la frente de los feligreses, para dar paso a la Cuaresma (los 40 días en los que los católicos se preparan para la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús).
¿De dónde provienen las cenizas?
Las cenizas, es el resultado de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior. Esta se imponen en la frente de los católicos como un recordatorio de que la vida terrenal es temporal: “La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentre en el cielo”, cita el sitio web catholic.net.
El origen de esta tradición está ligado al Judaísmo: en la antigüedad, estos tenían por costumbre cubrirse con cenizas cuando habían pecado o si se preparaban para una fiesta importante. Era un símbolo “de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios”, agrega el portal web.
Fue años después, en el 384 a.C., según explica catholic.net, que “la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos” y, aún más tarde, ya en el siglo XI, cuando la Iglesia de Roma adoptó la costumbre actual de imponer las cenizas al iniciar este periodo.
Sobre el ayuno, este consiste en hacer una sola comida fuerte al día, mientras que la abstinencia se basa en no comer carne. Según ese mismo sitio, la abstinencia es obligatoria a partir de los 14 años y, el ayuno, de los 18 a los 59 años.
Los católicos entienden que, mediante estos sacrificios, se purifican y piden “perdón a Dios por haberlo ofendido” y le dicen “que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre”, finaliza.
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