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Volcán Cerro Negro, el más joven de Centroamérica

Este 13 de abril se cumplirá 174 años de su formación.


Este 13 de abril se cumplirán 174 años de la formación del Volcán Cerro Negro en el departamento de León. Este coloso, de 726 metros de altura sobre el nivel del mar, es el más joven de Centroamérica, pero también el más activo, pues en más de un siglo ha tenido varias erupciones.

El geólogo Eduardo Mayorga explica que la de 1992 fue una de las más violentas y la última actividad que presentó el volcán fue en 1999.

“Es un cono de escoria, localizado a 90 km al Norte de Managua, que nace sobre una fractura norte-sur y duró como dos semanas la primera erupción, de manera que ha tenido una vida eruptiva mayor que todas las estructuras activas del país”, añade.

El experto recuerda que la erupción de hace tres décadas dejó en la ciudad de León cinco centímetros de ceniza, catalogando el fenómeno como uno de los más potentes.

En 1968 en el coloso nació un cono llamado Cristo Rey, que fue sepultado con la erupción de 1999, producto de la cantidad de lava que expulsó el cráter, apunta.

Etapas eruptivas

En 1995 el coloso tuvo dos etapas eruptivas entre mayo y agosto una erupción tipo freatomagmática, es decir, que contiene gases, vapor de agua, cenizas, escoria y fragmentos de roca, y de noviembre a diciembre de ese año se dio una erupción tipo fuente, es decir, la presencia de lava en forma de chorro, explica el especialista, quien agregó que en la segunda etapa eruptiva se formó un cono dentro del cráter.

Los habitantes de la ciudad universitaria, como Agustín Moreira, director del Observatorio de Fenómenos Naturales (Ofena), tienen fresca en la memoria varias de las erupciones que les tocó presenciar.

“Recuerdo que en 1968 la ciudad se puso oscura, como también se puso en 1999 lleno de ceniza, los parabrisas de vehículos estaban llenos de ceniza, eso fue en horas de la madrugada cuando todos creían que estaba brisando, sin embargo, era la ceniza que provenía del volcán”, refiere.

Asimismo, señala que muchas viviendas no soportaron el peso de material volcánico y se derrumbaron, posteriormente se utilizaron máquinas para extraer los sedimentos.

La erupción de 1992 propició la reactivación de la red sismográfica con equipos modernos y con mejor logística para registrar la actividad sísmica de Nicaragua, asegura Moreira.

Actualmente, el Cerro Negro sigue siendo una de las atracciones turísticas más populares de Nicaragua, a pesar del riesgo asociado con sus erupciones.

En tiempos de calma, el coloso puede escalarse dada la baja altura de su cono, lo que facilita la exploración del interior del cráter, cubierto con sublimadas multicolores y fumarolas. Alrededor del cráter, el paisaje da la impresión de un panorama lunar.

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