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En menos de 15 días dos integrantes de la MS-13 de El Salvador fueron capturados en Nicaragua
Experto señala que deben detectarse a los cooperadores necesarios y enjuiciarlos.
A criterio del experto en temas de seguridad ciudadana, David Silva, la reciente captura de dos integrantes de la pandilla MS-13, de El Salvador en menos de 15 días, podría ser indicio de que delincuentes nicaragüenses estén cooperando con estos grupos criminales para que puedan acceder al territorio nacional por puntos ciegos en la frontera.
Silva no descartó que la Policía Nacional tenga ubicado a estos cooperadores necesarios, para desarticularlos, ser acusados y condenados en Nicaragua, para no permitir un desarrollo de estos grupos delincuenciales.
“El problema es que la presencia, la captura de esta gente, te dice que ellos no entraron fortuitamente al territorio nicaragüense, deben tener a alguien que les ayudó, alguien que les dio logística para poder entrar a Nicaragua y donde resguardarse”, insistió.
El especialista hizo un llamado a las familias nicaragüense a no tener miedo a denunciar ante las autoridades policiales la presencia de personas que tengan algunas características distintivas de estos grupos delictivos extranjeros.
“Una de las formas más fáciles de identificarlos es a como ellos andan tatuados, tienen los signos y símbolos que representan a la pandilla y recuerda que esta gente en los barrios cuando ya llega alguien que no es originario de su comunidad, comienzan rumores, comienzan a investigar, por allí la Policía puede ver el hilo”, manifestó.
Una decisión positiva
El especialista consideró positiva la decisión de la Policía Nacional de entregar a los dos salvadoreños detenidos a las autoridades de ese país vecino, para cortar cualquier vínculo con los privados de libertad que están el Sistema Penitenciario Nacional.
Silva recordó que era de esperarse que al aplicar El Salvador un estado de excepción contra las maras, ordenada por su presidente Nayib Bukele, estos grupos fueran a desplazarse a países vecinos, pero no existe base social que al menos en Nicaragua les vaya a permitir desarrollarse.
El primer capturado fue Daniel Antonio del Cid Cruz, en el mercado Iván Montenegro de Managua, y Carlos Ernesto Herrera, alias "Crimen" o "Piña", en el barrio La Florida de Chinandega.
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