Foto: VOS TV
DGA destraba importación de vehículos a Fenicootaxi
Los 13 automotores que llegaron a Nicaragua son parte de las 60 nuevas unidades que renovará este sector en 2024.
La Dirección General de Aduana (DGA) cedió al llamado de la Federación de Cooperativas de Taxis de Nicaragua (Fenicootaxi RL) para que permitieran el ingreso de 13 vehículos que habían importado, el proceso había sido impedido por la institución, aduciendo que no cumplían con el requisito de haber sido fabricados antes del 2019, cuando las normas jurídicas nacionales permiten al sector selectivo importar hasta con 10 años desde la fecha de fabricación.
Estos vehículos son parte de la renovación de la flota de este sector selectivo, explica Vidal Almendarez, presidente de Fenicootaxi, a la vez afirma fueron las gestiones realizadas por Amaru Ramírez, director del Instituto Regulador de Transporte del Municipio de Managua (Irtramma) y de Fidel Moreno, secretario municipal de la Alcaldía de Managua.
“Nos alegra que dieran marcha atrás, porque conseguir vehículos de menos de 10 años o nuevos es muy difícil acá en Nicaragua, el acceso a los créditos no es muy amplio y nuestra capacidad como organización no permite cubrir toda la demanda, entonces de alguna forma el que se haya logrado revertir la decisión de la DGA nos parece correcto de parte del gobierno y que vamos a cumplir con las proyecciones de renovación”, asevera.
Este año Fenicootaxi espera traer a Nicaragua 60 unidades procedentes de Corea del Sur, para la renovación de la flota vehicular, por lo que esperan no tener mayores contratiempos en este proceso.
“Cada embarque anda por el orden de los 45 mil dólares, son al menos cinco vehículos los que normalmente traemos en cada uno y es decir que para finales del año esperemos lograr el objetivo con ese promedio mensual de 45 mil dólares de inversión en renovación”, específica.
La gremial pide a las autoridades correspondientes establecer coordinaciones con los distintos sectores que importan vehículos, si es que desean ejecutar una reforma a la Ley General del Transporte Terrestre, a fin de que se fije un nuevo límite de fecha de fabricación para la importación de automotores, pero no hacerlo de forma verbal y antojadiza como sucedió a ellos.
Vidal aclara que la decisión que había puesto en marcha la DGA era generalizada, por lo que afectó a otros sectores.
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