Leoneses listos para celebrar el 77 aniversario de "La Gritería Chiquita"
Cada 14 de agosto, la feligresía católica sale a las calles al grito de ¿Quién causa tanta alegría?
Cada 14 de agosto, en la ciudad de León, Nicaragua, se lleva a cabo una de las celebraciones religiosas más significativas del país: "La Gritería Chiquita", una tradición que no solo llena de fervor las calles, sino que también guarda una historia que se remonta a más de un siglo.
Según la historiadora María Celia Baus, fue el arzobispo Isidro Augusto Oviedo y Reyes, quien propuso a los fieles rezarle a la Virgen y comprometerse a pagar penitencia si la intercesión de ella lograba que el volcán detuviera su actividad natural.
Con el tiempo, esta festividad se consolidó como una tradición anual y se fue transformando el sentido original de la celebración; pasó de ser una gritería de penitencia a una gritería de agradecimiento.
Similitudes y diferencias con la gritería mayor
La tradición incluye la procesión con la imagen de la Virgen, el levantamiento de altares, donde ponen flores, cortinas, algunos hacen cerritos, como simulando el cerro negro y el intercambio de dulces que originalmente no existía, pues “el obispo pidió se repartieran estampillas, promesas y otros objetos propios del sentido de penitencia, pero la gente ha ido incorporando otros elementos a la gorra”, afirma Baus.
El intercambio de dulces y comidas típicas fue tomando lugar en la celebración y ahora “se preparan gofios, aunque muy poco, en cambio, hay mucho más dulces de masas de colores, bien me sabe o nuégados, dulces de raspaduras, otros dan chicha de maíz y ahora hasta cosa de horno”, expone la historiadora.
Los cantos son los mismos que los de la gritería mayor, siendo “Tu Gloria” uno de los más entonados. Tampoco es costumbre general rezar el novenario, aunque algunos fieles sí lo hacen y dan la llamada gorra.
Aunque más pequeña en escala que "La Gritería" del 7 de diciembre y su tradicional grito ¿Quién causa tanta alegría?, ¡La asunción de María!, ambas celebraciones mantienen la misma esencia, devoción, alegría, fervor y tradición.
Un pueblo mariano
Hoy en día, "La Gritería Chiquita" es más que una expresión de fe; es un símbolo de la identidad leonesa y nicaragüense. A lo largo de los años, esta celebración ha preservado el espíritu de unión y devoción que caracteriza a su pueblo. Con cada 'grito' en honor a la Virgen, se renueva la promesa de gratitud por la protección divina.
“El pueblo leonés es mariano, muy dado a la fe, además agradecido porque en la historia de las erupciones, esta era de categoría 3: los animales morían de sed y hambre, la gente sufría enfermedades respiratorias y la intervención de la Virgen devolvió la paz y tranquilidad a León, por eso su eterno agradecimiento a la Virgen María”, comparte la historiadora.
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