Foto: Emmanuel García / VOS TV

Foto: Emmanuel García / VOS TV

Jóvenes se ganan la vida en semáforos de Managua con el Breakdance

La inclusión de esta danza en los Juegos Olímpicos 2024 esperan detone mayor apoyo en Nicaragua.


Luis Obando tiene al menos ocho años bailando breaking, también llamado Breakdance, una disciplina que debutó en los Juegos Olímpicos de Paris 2024, aunque fue novedad en esta justa deportiva, su paso fue efímero pues no será incluida en la próxima edición de 2028 en Los Ángeles, Estados Unidos.

Esto no desmotiva a Luis, pues considera que este evento mundial logró despertar mayor interés en este estilo de baile y confía que estimule competencias internacionales donde Nicaragua pueda llevar a sus mejores representantes.

“Conozco gente que ha representado a nuestro país, mi hermano, por ejemplo, fue subcampeón en Guatemala, mis amigos varios de ellos han ganado campeonatos en Costa Rica, varios han sacado el pecho bastante, pero se necesita la inscripción como tal en el Comité Olímpico Nicaragüense, para que haya mejor infraestructura exclusiva para nosotros”, indica.

Se puede vivir del breakdance

Para este joven de 24 años edad y sus dos amigos el breakdance es algo más que un hobbie o un arte callejero, es un trabajo que se toman muy en serio y que les genera algo de dinero para llevar a casa.

“Es una herramienta que puedes usar como artista si te mueves y eres inteligente, como profesional puedes bailar en shows que en un día puedes recaudar hasta 100 dólares por noche, yo aparte de los semáforos bailo con grupo profesional y logro recaudar más dinero extra”, señala.

Luis Miguel Hernández, otro bailarín de estos semáforos, reconoce que las ganancias rondan entre los 600 a 300 córdobas tan solo con 6 horas de trabajo.

No siempre están en el mismo semáforo, puesto que todos los días eligen uno distinto, para no aburrir a su audiencia, que son los cientos de conductores que transitan por Managua.

“Hemos logrado sobrevivir de esta de esta manera, yendo a distintos semáforos de Managua, la mayoría de las personas colaboran, no todos piensan mal de nosotros, quizás le han hecho maldades en los semáforos, les han robado accesorios a sus vehículos, creen que nosotros vamos a hacer lo mismo, pero ni siquiera nos acercamos, solamente llegamos si nos llaman”, agrega Hernández.

Constructor día y brakdancer en las noches

Aunque cada uno de estos jóvenes tiene su propia historia sobre cómo aprendieron este arte, lo que sí tienen en común es el amor al Brakedance.

Luis Miguel dice que aprendió a bailar en Guatemala, varios artistas que observó en la calle durante sus trayectos al trabajo como constructor le inspiraron a incursionar.

“Yo trabajaba en Guatemala de construcción, pero nos fuimos conociendo en el mismo trabajo, muchachos interesados en el breaking, algunos de Nicaragua y Costa Rica los encontré y luego del trabajo íbamos a los semáforos de Guatemala a buscar esos ingresos extras y practicábamos en parques y plazas”, reitera.

Obando confiesa que le fue más sencillo aprender Brakedance, porque ya había practicado Taekwondo, Boxeo y Kickboxer, artes marciales que requieren cierta destreza aérea, igual que esta danza.

“Se me hizo más fácil ejecutar movimientos, que incluso son olímpicos, como giros, lo que llaman flare y freeze, motivo por el que deseo ir a competencias internacionales, como son la Red Bull BC One, entre otras competencias que deseo algún día estar ahí”, insiste.

Los jóvenes coinciden en que hace falta más apoyo a este tipo de disciplina, puesto que socialmente todavía no son bien vistos por ciertos sectores de la población.

➤ Suscríbete a nuestro canal de YouTube

También puede interesarte: