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29.3% de niños y adolescentes de Nicaragua sufren sobrepeso, según Unicef

Un médico señala que este estado en la niñez conlleva un riesgo elevado de desarrollar enfermedades crónicas.


El sobrepeso y la obesidad en la niñez y adolescencia han alcanzado niveles alarmantes en Nicaragua, según el más reciente informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

El informe revela que el 8.7% de los niños menores de 5 años y el 29.3% de los niños y adolescentes de entre 5 y 19 años en Nicaragua sufren de sobrepeso. Además, la prevalencia de obesidad en este último grupo es del 9.6%, una cifra que genera preocupación entre los expertos en salud.

El Dr. Jorge Manzanares, médico general, explica que este fenómeno está estrechamente relacionado con la adopción de patrones alimenticios poco saludables, caracterizados por un alto consumo de alimentos ultraprocesados y la falta de una rutina alimentaria adecuada.

“Estamos sobresaturados y sobresaturamos a los niños desde pequeños con alimentos, principalmente a base de carbohidratos de absorción rápida, como azúcares y bebidas azucaradas”, indica el médico.

En su análisis, el especialista menciona que la prevalencia de obesidad está ligada a la ingesta desmedida de productos como gaseosas, jugos artificiales, y comidas rápidas, que se han convertido en parte de la dieta diaria de muchos niños nicaragüenses.

Este tipo de alimentación no solo contribuye al aumento de peso, sino que también puede provocar la aparición temprana de enfermedades crónicas.

Un grave factor de riesgo

La obesidad infantil no es solo un problema estético, sino un grave factor de riesgo para la salud a largo plazo. Según el informe de Unicef y las declaraciones del Dr., los niños que padecen obesidad tienen una mayor probabilidad de seguir siendo obesos en la edad adulta.

Este estado conlleva un riesgo elevado de desarrollar enfermedades no transmisibles (ENT), como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, y ciertos tipos de cáncer.

“La resistencia a la insulina, que se ve exacerbada por la obesidad, puede desencadenar una serie de complicaciones, incluyendo el síndrome metabólico, la hipertensión arterial y problemas cardiovasculares”, agrega Manzanares.

Otros problemas de salud

Además, el sobrepeso también está asociado con un aumento en los niveles de inflamación en el cuerpo, lo que puede agravar otras condiciones de salud, como las enfermedades reumatoides y renales. La acumulación de grasa en el hígado, conocida como hígado graso, es otra consecuencia común del consumo excesivo de fructosa y otros azúcares.

El informe de Unicef también destaca una tendencia ligeramente mayor de obesidad en el sexo femenino en comparación con el masculino. Aunque la diferencia es mínima, el médico general señala que esta puede deberse a factores hormonales y metabólicos.

“Las hormonas femeninas, como los estrógenos, tienden a favorecer la acumulación de grasa en áreas como las caderas y el abdomen, lo que podría explicar por qué las niñas presentan una mayor tendencia a desarrollar obesidad”, explica el doctor.

Asimismo, el especialista menciona que el estrés, tanto en niños como en niñas, es un factor que contribuye significativamente al aumento de peso.

“Muchos niños están expuestos a altos niveles de estrés debido a problemas familiares o el bullying en la escuela, lo que puede llevar a un desorden alimenticio como mecanismo de escape”, afirma.

La importancia de la prevención

La prevención es clave para combatir la obesidad infantil y sus graves consecuencias. Según el médico, es fundamental que las intervenciones se realicen desde una edad temprana, lo que podría evitar que los niños desarrollen problemas de salud más graves en la adultez.

“Es mejor prevenir que tratar la enfermedad. Las complicaciones y los costos asociados a la obesidad son mucho mayores cuando la enfermedad ya está presente”, subraya.

El doctor también hace un llamado a los padres para que revisen y modifiquen los hábitos alimenticios de sus hijos, reduciendo el consumo de azúcares y alimentos ultraprocesados. “Es crucial que los padres eviten dar a sus hijos gaseosos y dulces en exceso, y que opten por una alimentación más balanceada, rica en frutas, verduras y legumbres”, concluye.

El informe de Unicef pone en evidencia un problema creciente en Nicaragua: el sobrepeso y la obesidad infantil están alcanzando niveles preocupantes, lo que exige una acción inmediata.

Es imperativo que tanto las familias como las autoridades de salud tomen medidas para revertir esta tendencia, promoviendo hábitos alimenticios saludables y regulando la publicidad de alimentos poco nutritivos dirigidos a los niños. Solo así se podrá garantizar un futuro más saludable para las próximas generaciones de nicaragüenses.

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