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Sugieren regular la tenencia de perros pitbull en Nicaragua
Instructor resalta que algunos dueños no les permiten canalizar la energía a sus mascotas, entre otros.
Nicaragua carece de una normativa u ordenanzas municipales que regulen la tenencia de perros pitbull u otras razas de perros potencialmente peligrosos (PPP), un ordenamiento jurídico que ya debería pensarse, tomando en cuenta los constantes ataques de estos animales incluso a sus propios dueños, según el abogado experto en Derecho Penal, Noel Alonso Cano.
Sería el Ministerio de Salud (Minsa), Ministerio Agropecuario y Forestal (Magfor) y la Policía Nacional, quienes podrían fiscalizar el cumplimiento de ciertos requisitos, según el abogado.
“Deberían de dictarles disposiciones o resoluciones que vengan a establecer límites y también los legisladores deberían de estar encima de esta situación, establecer de forma meridiana cual es la responsabilidad de los dueños, porque no es asunto de que yo soy aficionado a los caninos y a mí me gusta andar presumiendo en las calles, en los parques, con un animal sin bozal y sin una cadena resistente y no pasa nada si se me sale, hay que exigir toda medida de seguridad”, reitera.
Solicitar revisiones veterinarias periódicas, establecer una cantidad límite de perros de esta raza en el hogar, entre otras medidas son las que pueden exigir las autoridades de aprobarse alguna normativa de regulación, recomienda el jurista.
Tiempo de atención que requieren
Fernando Torrentes, instructor canino, afirma que el principal problema con los pitbulls, es que algunos dueños no les permiten canalizar su energía y el instinto de pelea que tienen por naturaleza, a través de socialización y paseos.
Insiste que no cualquier familia puede poseer esta raza, puesto que requieren hasta tres horas diarias de ejercicios.
“En algún momento estos perros, eran utilizados para combates, por ello tienen una mordida potente, soportan dolor, son perros que tienen una potencia brutal, esos instintos se deben canalizar desde el punto de vista de paseo, que tengan su momento de juego, que tengan momentos en que puedan canalizar toda esa energía, se puede acumular un estrés y luego convertirse en ansiedad”, detalla.
Recientemente en el departamento de Carazo, una niña de cuatro años de edad y otros cuatro meses fueron atacadas en sus hogares por perros pitbulls, ambos casos, según el adiestrador, pueden estar asociados a que las dos mascotas posiblemente fueron separadas de su camada muy temprano.
“La edad aproximadamente para sacarlo de la camada es entre los dos a tres meses y después viene la otra parte de la socialización temprana, de exposición a todo tipo de estímulo, que tengan contacto con un perro pequeño, cachorros y que tenga contacto con los bebés, con los niños y con personas de todo tipo”, enfatiza.
Daños por ataques deben resarcirse a víctimas
Cano declara que debería reformarse también el Código Penal, para establecer días cárceles a dueños de perros potencialmente peligrosos, en caso que muerdan a personas en las calles, por falta de medidas de seguridad.
“Actualmente lo que está regulado a nivel de falta, que si un perro muerde a una persona y es por responsabilidad del dueño del animalito, entonces se le impone una sanción, que es de carácter de multa y un trabajo comunitario”, asevera.
El caso más reciente sucedió el pasado lunes 16 de septiembre, cuando una niña, de 4 años de edad, originaria del barrio 35/19 del municipio de Diriamba fue atacada por un perro pitbull causándole mordeduras en una de las piernas.
Supuestamente los hechos se dan al momento en que la víctima estaba jugando con una tía y aparentemente el animal tuvo un ataque de celos.
El otro hecho, fue el de una niña de cuatro meses de nacida, quien resultó con heridas múltiples luego de ser atacada ferozmente por su propia mascota, un perro de raza pitbull que estaba suelto en el patio de su casa, ubicada en el barrio Rigoberto López Pérez del municipio La Conquista del departamento de Carazo.
Supuestamente los hechos ocurrieron cuando la madre de la víctima estaba sentada en una silla con la bebé en brazos y de repente el perro atacó al infante.
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