Cómo prevenir el abuso desde las iglesias
Pastor fue condenado a 22 años y seis meses de prisión por abusar de una niña de 11 años.
El pastor Mariano Ramón Sánchez Martínez, de 55 años, fue condenado a 22 años y seis meses de prisión por abuso sexual contra una niña de 11 años. Los hechos ocurrieron entre marzo y noviembre de 2023, aprovechando su posición como líder religioso para ganarse la confianza de la familia de la menor y cometer los abusos.
La sentencia fue dictada a puerta cerrada en el Complejo Judicial de Boaco, para proteger la privacidad de las víctimas.
Karla Nicaragua, asesora legal de la Asociación Quincho Barrilete, destacó que los entornos religiosos, aunque son percibidos como lugares de apoyo, pueden convertirse en espacios donde el abuso encuentra cabida.
"Es fundamental sensibilizar a la sociedad y entender que ningún líder religioso está exento de cometer actos como este. Debemos romper el silencio y garantizar que las víctimas sean escuchadas", expresó.
La representante señaló que el abuso sexual afecta mayoritariamente a niñas y adolescentes, y que el silencio o la negación por parte de las congregaciones solo perpetúa la impunidad.
"No importa la figura, pastor, sacerdote o cualquier líder religioso. Lo relevante es que, si se cometió un delito, se denuncie y se lleve ante la justicia", añadió.
Campañas preventivas
El pastor José García, del Ministerio Restauración, enfatizó la importancia de implementar campañas preventivas en las iglesias. "No se trata solo de evitar el acercamiento inapropiado entre adultos y menores, sino también de crear conciencia entre los padres para que estén alertas", explicó.
García resaltó que las iglesias deben establecer reglas claras para el trato entre sus líderes y los feligreses, como mantener reuniones en espacios abiertos y visibles.
Además, llamó a los padres a estar presentes cuando sus hijos reciban atención espiritual: "El abuso sexual no distingue espacios ni personas. Es responsabilidad de todos proteger a los más vulnerables".
Tanto Nicaragua como García coinciden en que la clave está en la prevención, la educación y la denuncia. Los líderes religiosos deben ser conscientes de su responsabilidad y las congregaciones deben ser espacios seguros.
"Es momento de dejar atrás la negación y actuar. La fe no debe ser un refugio para la impunidad", concluyó Nicaragua.
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