Regreso a clases, una oportunidad para fomentar el ahorro en los estudiantes
El ejemplo de los padres juega un rol crucial en este proceso.
El inicio del ciclo escolar marca el regreso a las aulas para más de un millón de estudiantes, un momento ideal para no solo enfocarse en la educación académica, sino también en inculcar valores esenciales como el ahorro.
Según la experta en educación financiera Ana María Gutiérrez, este periodo puede convertirse en una plataforma para enseñar a niños y jóvenes a gestionar de manera responsable el dinero que reciben diariamente de sus padres para cubrir gastos cotidianos.
Para Gutiérrez, el ahorro en los estudiantes va más allá de la simple acumulación de dinero. "La implementación de los hábitos financieros no es solo guardar dinero, sino formar disciplina, enfoque y una visión a futuro en los niños y jóvenes", señala.
Un pequeño gesto, como ahorrar uno o dos córdobas diarios, puede parecer insignificante, pero tiene un efecto acumulativo importante. "Un córdoba diario al año suma 365. Con 10 córdobas, hablamos de 3,650 córdobas. Esto les enseña que pequeñas acciones diarias pueden contribuir al logro de metas mayores", añade.
Valores y responsabilidad
El ahorro, además, inculca valores fundamentales como la responsabilidad y el manejo consciente de recursos. Sin embargo, la especialista enfatiza que estos aprendizajes deben comenzar en casa.
“Los niños y jóvenes aprenden más del ejemplo que de las palabras. Si los padres no llevan un control en sus finanzas o no visualizan una estructura presupuestaria, será difícil que sus hijos adopten hábitos financieros sólidos", apunta.
Los padres tienen un rol crucial en esta tarea. Además de predicar con el ejemplo, pueden implementar herramientas prácticas como el uso de alcancías.
Estas acciones no solo motivan a los niños, sino que les muestran que el ahorro puede ir más allá de simplemente guardar dinero para consumirlo después.
“Es importante que los padres enseñen a sus hijos a ahorrar no solo para gastar, sino para crear un respaldo económico o incluso generar ingresos adicionales. Por ejemplo, los jóvenes pueden aprender a invertir pequeños ahorros en actividades que les permitan obtener ganancias, como la compra y venta de productos”, explica la experta en finanzas.
Subraya la necesidad de enseñar a los niños y jóvenes a equilibrar entre el consumo y el ahorro. “Es natural que tengamos gastos cotidianos, pero también debemos estar preparados para imprevistos. Enseñarles esto desde pequeños les ayudará a tener un colchón financiero en el futuro”.
Cuando se analiza la actitud de los jóvenes hacia el ahorro, la experta identifica diferentes perfiles. Por un lado, están aquellos que han adoptado herramientas digitales para organizar sus finanzas y construir ahorros a largo plazo.
Por otro lado, hay quienes, debido a limitaciones económicas, enfocan su dinero únicamente en satisfacer necesidades inmediatas. Finalmente, existe un grupo más consumista, que tiende a gastar de manera impulsiva.
“Cada joven es diferente, pero lo importante es que comprendan que cada córdoba ahorrado puede contribuir a mejorar su calidad de vida, tanto en el presente como en el futuro”, afirma.
Gutiérrez destaca que fomentar el ahorro no se trata solo de acumular dinero, sino de sembrar en los estudiantes la disciplina necesaria para alcanzar sus metas.
"Cuando los niños y jóvenes entienden que cada pequeño esfuerzo tiene un propósito, no solo fortalecen sus finanzas, sino que también desarrollan habilidades como la planificación, la paciencia y el autocontrol", agrega.
Además, aprender a manejar el dinero desde una edad temprana puede tener un impacto transformador en sus vidas. Les permite no solo alcanzar sus objetivos personales, sino también contribuir a mejorar su entorno familiar y social.
El regreso a clases representa una oportunidad única para que los padres y educadores fomenten hábitos financieros responsables en los estudiantes. Más que enseñarles a ahorrar dinero, se trata de inculcar en ellos valores que les permitan gestionar sus recursos de manera inteligente y responsable a lo largo de su vida.
Concluye: “El objetivo no es que los niños y jóvenes se conviertan en expertos financieros, sino que comprendan que, con pequeñas acciones diarias, pueden construir un futuro mejor para ellos y sus familias. El ahorro no es solo un hábito, es una herramienta poderosa de transformación personal y social”.