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Acaparadores podrían estar detrás del alza en el precio del queso, dicen organizaciones

El año pasado la producción de este derivado lácteo alcanzó los 171.1 millones de libras.


El precio del queso en Nicaragua ha experimentado un fuerte incremento en las últimas semanas, alcanzando hasta 90 córdobas por libra en diversas zonas del país. Ante este aumento, organizaciones defensoras de los derechos del consumidor sugieren que el alza no responde a una escasez real de leche o queso, sino a prácticas especulativas de grandes mayoristas que manipulan los precios.

Según el director del Instituto Nacional de Defensa al Consumidor (Indec), Marvin Pomares, el precio del queso ha mostrado una tendencia alcista que coincide con la temporada seca, que tradicionalmente lleva consigo un aumento en el costo de varios productos de la canasta básica. Sin embargo, Pomares señala que el alza de precio del queso es exagerada, especialmente cuando no hay una disminución sustancial en la producción del lácteo.

"Este aumento no se justifica por la producción o la falta de leche. Existen factores externos como el acaparamiento de intermediarios que compran grandes cantidades y lo venden a precios elevados. Aunque el queso ha subido durante esta temporada, el incremento es demasiado abrupto", expresó Pomares.

Por su parte, Rubén Arriola, director de la Consultoría de Gestor del Consumidor (CGC), expresó que la única forma de contrarrestar el impacto de este aumento es que los productores de queso comercialicen directamente con los consumidores, sin la intervención de intermediarios que elevan el precio final. Arriola propuso la creación de ferias de venta directa en las cabeceras departamentales, donde los productores puedan ofrecer el queso a precios más accesibles y evitar la especulación.

"Nosotros recomendamos a los productores que se acerquen y realicen ferias donde vendan el queso directamente a los consumidores. Esto permitiría reducir los márgenes de ganancia de los intermediarios y garantizar un precio más justo", afirmó Arriola.

Aunque el precio del queso ha incrementado de manera considerable, este fenómeno no es nuevo para los nicaragüenses, quienes están acostumbrados a ver este tipo de alzas en la temporada seca. Sin embargo, tanto Pomares como Arriola coinciden en que el aumento no debería ser tan abrupto y en que la especulación juega un papel crucial en esta situación.

El director del Indec explicó que la temporada seca, que comienza tras las festividades de fin de año, suele generar un aumento en los precios de productos lácteos debido a la menor producción de leche, ya que la escasez de pasto en los campos de cultivo afecta la alimentación del ganado. No obstante, Pomares también destacó que los intermediarios tienden a aprovechar esta coyuntura para maximizar sus ganancias, lo que agrava aún más el precio final.

"El precio del queso no es uniforme. En algunos barrios de Managua, el precio de la libra de queso es de 80 córdobas, mientras que en otros puede ser de hasta 90. Esto depende de la zona y del margen de ganancia que decidan aplicar los intermediarios", explicó Arriola.

A pesar de esto, los expertos aseguran que el precio del queso podría comenzar a disminuir con la llegada de la temporada de lluvias, cuando la producción de leche se estabilice y se normalice la oferta. De acuerdo con Pomares y Arriola, el precio del queso podría bajar gradualmente después de la Semana Santa y en los meses siguientes, coincidiendo con la llegada de la temporada de lluvias.

"Esperamos que, al igual que en años anteriores, cuando inicie el invierno y comience a llover, el precio del queso se estabilice. Esto se debe a que la oferta de leche aumentará y los costos de producción disminuirán", señaló Pomares.

Las organizaciones defensoras de los consumidores hacen un llamado a las autoridades y a los productores para que se tomen medidas que beneficien a los consumidores, evitando que la especulación continúe elevando los costos de este producto esencial en la dieta nicaragüense.

El año pasado, la producción nacional de queso alcanzó los 171.1 millones de libras, de las cuales 113.6 millones fueron destinadas a la exportación y 57.5 millones al consumo nacional, según el Ministerio Agropecuario (MAG). Esta cantidad es suficiente para abastecer la demanda interna, por lo que los expertos sugieren que la subida de precios está vinculada más a las prácticas de los acaparadores que a la oferta real del mercado.