El impacto ambiental de los desechos de aceite
Según estudios a nivel mundial, tan solo un litro de aceite es capaz de contaminar hasta 1,000 litros de agua.
El aceite, tanto el utilizado en la cocina como el empleado en los vehículos, es un producto de consumo habitual en los hogares de Nicaragua. Sin embargo, su manejo y disposición inadecuada tras su uso representa una amenaza grave para el medioambiente.
El improperio de verter este tipo de desechos en drenajes, alcantarillas o suelos puede generar consecuencias desastrosas, especialmente la contaminación de fuentes de agua, que afecta tanto a la biodiversidad como a la salud humana.
En este contexto, Raomir Manzanares, miembro del Comité Basura Cero, hace un llamado urgente a la sociedad para cambiar los hábitos y adoptar prácticas responsables.
El aceite usado tiene un alto potencial contaminante. Según estudios a nivel mundial, tan solo un litro de aceite es capaz de contaminar hasta 1,000 litros de agua, y su proceso de descomposición puede llevar hasta 15 años.
Desafíos en la gestión de aceites usados en Nicaragua:
Si bien la legislación nicaragüense ha avanzado en algunos aspectos del manejo de los aceites, especialmente los lubricantes usados en vehículos, aún existen serias dificultades a la hora de gestionar este tipo de desechos.
La falta de infraestructura para la recolección y tratamiento adecuado de aceites, tanto de uso vehicular como doméstico, sigue siendo un obstáculo significativo para la protección de los recursos naturales.
El mal manejo de estos desechos, como verterlos en el drenaje de las viviendas o en el suelo, no solo daña los ecosistemas acuáticos, sino que también puede afectar los suelos agrícolas y la calidad del aire. Las fuentes de agua, cruciales para el abastecimiento humano, corren un riesgo elevado de contaminación si no se toman medidas preventivas.
En 2010, Nicaragua implementó una norma técnica obligatoria que regula el manejo y disposición de los aceites lubricantes usados en vehículos, la cual fue aprobada formalmente en 2012.
Esta legislación establece las pautas para un tratamiento adecuado del aceite. No obstante, Raomir Manzanares señala que el cumplimiento de esta normativa es limitado debido a la falta de infraestructura y el escaso compromiso del sector privado con la responsabilidad extendida del productor.
El problema se agrava con los desechos de aceite de cocina, mucho más comunes en los hogares, y cuya disposición sigue siendo un desafío.
El aceite que se usa para cocinar frecuentemente termina en las cunetas, fregaderos y en algunos casos, en el sistema de drenaje, lo que incrementa el riesgo de contaminación del agua y del suelo.
Iniciativas positivas
A pesar de los desafíos, existen iniciativas y experiencias positivas en Nicaragua donde la recolección de aceites residuales está tomando un rumbo más responsable.
Por ejemplo, en algunos lugares como San Rafael del Sur, Siuna y Puerto Cabeza, emprendedores están recolectando aceite usado y, mediante procesos de reciclaje y la adición de otros productos, lo convierten en jabón para lavar ropa o incluso en ambientadores.
Estas iniciativas no solo contribuyen al cuidado del medioambiente, sino que también representan una fuente de ingresos para las familias involucradas.
Manzanares resalta la importancia de este tipo de emprendimientos como ejemplos de conciencia ambiental. En lugar de verter el aceite en desuso, las familias pueden transformarlo en productos útiles, contribuyendo de esta manera a la economía y a la preservación de los recursos naturales.
Aunque existen algunas iniciativas, el panorama general aún muestra la necesidad de un sistema formalizado para la recolección y disposición adecuada de los aceites usados en todo el país.
Es crucial que tanto las autoridades como los sectores privado y público trabajen de manera conjunta para establecer infraestructura que permita un manejo adecuado de estos desechos.
Manzanares hace un llamado urgente a la conciencia colectiva. “A medida que Nicaragua continúa creciendo y desarrollándose, es imperativo que las prácticas de manejo de desechos, como el aceite, evolucionen hacia métodos más sostenibles. La protección del medioambiente es tarea de todos, y esto puede garantizar un futuro más limpio y saludable para las generaciones venideras”, señala el ambientalista.