Zanate nicaragüense, el ave endémica que solo habita en los humedales
Esta especie habita principalmente en las costas del lago de Cocibolca y Xolotlán.
El zanate nicaragüense o zanatillo (Quiscalus) es una ave endémica de Nicaragua que se ha convertido en un indicador clave del estado de los humedales del país.
Esta especie, que habita principalmente en las costas del lago de Cocibolca y Xolotlán, así como en el humedal de Tisma y otras áreas acuáticas, enfrenta una amenaza creciente debido a la destrucción de su hábitat.
La expansión urbana, y la agricultura intensiva han provocado que estén migrando hacia el norte de Costa Rica, en busca de refugio, según Raomir Manzanares, ambientalista y miembro de Basura Cero.
En Nicaragua, nueve humedales han sido reconocidos internacionalmente bajo la Convención Ramsar. Este tratado global, del cual el país es firmante, tiene como objetivo la protección y el uso sostenible de estos espacios naturales.
Los humedales y su función
Los humedales de Nicaragua incluyen Cayo Miskitos, el Delta del Estero Real en Chinandega, Llanos de Apacunca, Lago de Apanás, Refugio de Vida Silvestre los Guatuzos, Refugio de Vida Silvestre del Río San Juan, Bahía de Bluefields, San Miguelito y Tisma.
Según Manzanares, durante más de dos décadas, estos sitios han brindado refugio a una diversidad de especies, han contribuido a la regulación del agua y han permitido investigaciones científicas fundamentales para la comprensión de la flora y fauna del país.
El ambientalista asegura que los humedales funcionan como reservorios naturales de biodiversidad, proporcionando refugio a especies en peligro de extinción y sirviendo como puntos clave en las rutas migratorias de aves provenientes de Norteamérica.
La desaparición de estos ecosistemas podría tener consecuencias devastadoras para la fauna local, incluyendo especies únicas como el zanatillo quiscalus. Sin embargo, el avance descontrolado de la urbanización, la expansión de la frontera agrícola y la proliferación de monocultivos como el maní y la palma africana están deteriorando rápidamente estos ecosistemas.
Además de su importancia ecológica, los humedales desempeñan un rol vital en la mitigación de inundaciones. Funcionan como esponjas naturales que absorben el exceso de agua, reduciendo los riesgos de desbordamientos y sequías extremas.
“Ejemplos claros de este fenómeno se observan en el Delta del Estero Real y el Lago de Apanás, donde la protección de los humedales ha permitido una mejor regulación del agua en beneficio de las comunidades cercanas”, finaliza Manzanares.