
Foto: Ernesto Alaniz / VOS TV
Amor a ciegas, la historia de una pareja que lleva 22 años de matrimonio
La discapacidad no ha sido una barrera para esta pareja.
Siempre tomados de la mano y sonrientes, así caminan a todos lados Mario Peinado y Tania Cruz. Ella es ciega de nacimiento a causa de toxoplasmosis, pero esta discapacidad no ha sido una barrera ni para ella ni para su esposo, en sus 22 años de matrimonio.
Tania es originaria de Tipitapa y Mario de la Colonia Miguel Gutiérrez en Managua, ambos son licenciados en enseñanza del idioma inglés.
Desde que estaban en la universidad se convirtieron en mejores amigos, con el tiempo ese sentimiento se convirtió en amor hasta que decidieron darse el “sí” frente al altar.
“Al inicio era como un amigo, como una persona en quien yo podía confiar, en ese momento era mi mejor amigo y fue naciendo todo espontáneamente y creo que eso lo hizo todo mejor”, relató.
Peinado no es ciego, lo que también motivó a Tania a poco a poco enamorarse de él, puesto que quería romper toda mala teoría, de que solamente no videntes pueden casarse entre sí.
“Además, yo nunca pensé en tener una relación con una persona ciega, porque en primera yo pienso ha de ser bastante difícil llevar una relación, por la poca independencia que debe existir al movilizarse”, destacó.
Aseguró que encontró en Mario ese hombre ideal para pasar el resto de su vida, a pesar de las dificultades que como todo matrimonio han enfrentado, una de ellas fue en diagnóstico médico que casi acaba con la ilusión de convertirse padres, puesto que había alto riesgo de que heredaran a sus hijos la ceguera u otra discapacidad.
No obstante, tras un año y medio de tratamiento cambio el panorama y lograron procrear a sus dos hijas, Paola, de 16 años, y Stacy de 13.
“Fue bastante duro porque yo estaba más entusiasmado que ella en el hecho de tener hijos, pero no nos quedamos con ese primer diagnóstico, luego nos comentaron que sí existe el examen de toxoplasmosis, donde se puede monitorear el momento exacto donde podía ella salir embarazada, también hay centros nacionales donde se dan el tratamiento gratuito”, mencionó el maestro de 47 años de edad.
La mujer de 42 años reconoció que el tratamiento fue bastante agresivo, porque son antibióticos que debilitan el estómago y otros cambios que se sufren.
“Se sufren algunos cambios luego por las inyecciones, en los músculos, en los glúteos, y llegó un momento en que yo sentí como que si mis piernas estaban bastante débiles o muy adoloridas”, enfatizó.
Según Peinado, desde el día de la boda recibió las primeras críticas de amigos y amigas, quienes consideraban que su esposa sería “una carga para su vida”, pero eso no detuvo su decisión.
“Recuerdo que el amigo más cercano que tenía el día que estaba firmando el acta con el abogado, me quedó viendo y me dijo ´en serio, no lo puedo creer, pero te estás casando´, yo le dije, firmá si vas a firmar, porque me incomodó el comentario”, manifestó.
Por el contrario, afirmó que Tania nunca ha querido significar una carga para nadie y fue su independencia lo que también influyó a que floreciera el amor. Ahora a sus hijas también les instruye en el camino de tener amor a su madre y enseñarle los nuevos sitios que visitan.
“Nosotros comenzamos a enseñarle dónde estaban las cosas, a ubicarlas y ellas se mueve en casa sin bastón, sin nada, ella conoce la casa perfectamente, ya se quedó como costumbre, tanto de las niñas como mía, que al lugar que vamos y es nuevo lo primero que hacemos es enseñarle a Tania donde está la puerta, donde están las cosas que pueden ocasionarle algún accidente, para que ella tome sus medidas y la verdad que ha sido muy bonita la experiencia”, insistió.
El objetivo de esta pareja es mantener a su familia unida, envejecer juntos y terminar de preparar a sus dos hijas, la mayor de 16 años que pronto ingresará a la universidad y la menor que este año logrará bachillerase de la secundaria.