Referencial

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¿Qué es la confianza y cómo influye en la relación con las demás personas?

En el ámbito organizacional, los líderes no pueden otorgar o negar la confianza a un colaborador basado en un juicio intuitivo.


Empecemos este artículo reflexionando sobre la idea de que la confianza es el material que nos permite la interacción con los otros, es un componente esencial para poder relacionarnos con los demás. Nuestra capacidad de intervención en el mundo depende en gran medida de la confianza en las personas que nos rodean.

Pero entonces; ¿qué es en sí la confianza? Siempre que planteo esta pregunta en las sesiones de formación de equipos, aparece primero un gran silencio, como el que ocurre cuando hay una respuesta evidente, pero que somos incapaces de verbalizar, luego empiezan a decir cosas como “es sentir si puedo o no confiar en alguien”, “es esa señal que me da mi intuición para poder confiar o no en alguien”.

En otras palabras, la confianza es un juicio, y como bien sabemos, los juicios se construyen desde nuestros mapas y modelos mentales; los cuales se nutrieron de nuestros modelos de crianzas, nuestras experiencias de vidas, nuestra cultura, etc.

Es decir, mi juicio es mi juicio, no la verdad absoluta y decidir si le damos o no la oportunidad a alguien solo basada en un juicio es ir por la vida negando y negándonos la oportunidad de sumar gente a nuestro entorno.

Cómo afecta la desconfianza

En el ámbito organizacional, los líderes no pueden otorgar o negar la confianza a un colaborador basado en un juicio intuitivo, porque ese juicio genera un riesgo (en el caso de que la otorgue) o crea un contexto emocional negativo (en el caso de que la niegue), en el cual se desarrollará la relación laboral.

Un contexto de desconfianza tensiona la relación, entorpece el flujo de los procesos, afecta los resultados, provoca desbalance en las cargas de trabajo y no hablar del clima organizacional.

Es necesario entonces darse a la tarea de construir la confianza y para ello se debe tener en cuenta dos aspectos; cada vez que doy confianza, estoy asumiendo un riesgo; estoy otorgando algo de lo cual no estoy seguro si voy a obtener reciprocidad; sin embargo, para llegar a una situación de prudencia, avanzar y no quedarme en la desconfianza, se pueden ir dando pasos, asumiendo riesgos y fundando juicios que nos permitan ir construyendo esa confianza.

Para fundamentar esos juicios, le propongo tres pilares:

  1. La competencia del colaborador: Se otorga confianza porque la persona tiene el conocimiento, la preparación y experiencia para hacer su trabajo, cuenta con las habilidades y se puede delegar en él.
  2. El histórico que hemos construido con el colaborador: ¿A través de los años de la relación laboral, qué es lo que podemos concluir de este colaborador, nos ha fallado? ¿Ha sabido asumir? ¿Ha sido responsable?
  3. La congruencia del colaborador: ¿El colaborador es congruente entre su hablar y accionar? ¿Ha sido una persona sincera? ¿Es una persona que ha demostrado conducirse con valores?

Del mismo modo, cuando se pierde la confianza en un colaborador con quien se asumió el riesgo y la persona falló, se puede analizar en cuál de esos tres pilares es que la persona está fallando y entonces tomar medidas según sea el caso.

Un líder a quien admiro, me dijo un día “prefiero desencantarme de alguien a vivir desconfiando de la humanidad”.

¡La confianza es el vehículo que puede acelerar o desacelerar la velocidad a la que concretamos los resultados de la organización, dese a la tarea de fundamentarla!

- María José Canales
-Asesor en evolución, cultura y desarrollo organizacional
* +505 8661 6039
IG: mariajosecanales_