Referencial

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Interioriza con los espacios durante Semana Santa

Es hacer de cada rincón un eco de nuestro propio ser.


La Semana Mayor invita a detenernos, a volver la mirada hacia el interior, a reconectar con aquello que muchas veces dejamos en silencio. Pero ese regreso no solo ocurre en el alma: también se manifiesta en los espacios que habitamos. Interiorizar con los ambientes es mucho más que estar presente en ellos; es aprender a sentirlos, a dejarnos transformar por su esencia, a hacer de cada rincón un eco de nuestro propio ser.

Todo comienza con la atención plena. Antes de actuar o cambiar algo afuera, es necesario detenerse y simplemente observar. Respirar, mirar con ojos nuevos, percibir las colocaciones de cada objeto, cada luz y cada color que despierta un emoción en nosotros. La clave es no juzgar, sino recibir las sensaciones tal como son, permitiendo que el espacio nos hable, ya que en ellos hemos convivido o experimentado momentos.

Al escuchar atentamente, comenzamos a reconocer qué partes del ambiente resuenan con nuestro estado interior y cuáles lo perturban o lo alejan de la paz que buscamos.

Los espacios, como espejos, nos muestran lo que llevamos dentro: a veces, el desorden externo revela una mente agitada; otras, un rincón sencillo y despejado nos recuerda que la serenidad es posible.

Interiorizar implica entonces un movimiento consciente: alinear el entorno con el estado de animo que deseamos cultivar. No se trata de hacer grandes cambios, sino de pequeños gestos con sentido: retirar lo que agobia, iluminar lo que calma, dejar que el aire fresco circule libremente como fluye la vida. El espacio se convierte en un aliado silencioso del alma, el acompañante perfecto para descubrir quienes somos a través de descifrar el mensaje que nos transmite todo un conjunto de elementos

Esta relación íntima con el entorno se profundiza a través de pequeños ejercicios diarios, asi como las acciones cotidianas se relacionan con nuestra rutina. Dedicarse unos minutos a habitar el espacio con plena conciencia, encendiendo una vela o difusor, respirando en quietud, contemplando un rincón preferido, y reflexionando en la lectura biblica que rinde honor a esta temporada para fortalecer la conexión entre lo de adentro hacia afuera. Cada acto sencillo que hagamos es un ancla que nos recuerda volver al presente, interiorizar y continuar

Durante esta Semana Santa, interiorizar con los espacios se vuelve un acto sagrado. No hace falta ir lejos para encontrar paz; basta abrir los ojos, el corazón y los sentidos para descubrir que el primer templo siempre ha estado aquí: en nosotros, y en el modo en que habitamos lo que nos rodea.

Arq. Debora Michelle Mendoza Peralta


Coaching en Interiorismo
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