A nivel internacional, monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, ha sido una de las voces que ha expuesto la situación actual que vive Nicaragua, a raíz de la semana de protestas pacíficas de estudiantes universitarios que iniciaron por las reformas al Instituto Nicaragüense de Seguro Social (INSS), y que luego trascendieron a manifestaciones contra la represión del Gobierno a dichas concentraciones estudiantiles.

Este martes, monseñor Báez concedió una entrevista a Camilo Egaña, periodista y presentador del programa Camilo de la cadena internacional de noticia CNN en Español, donde habló del diálogo nacional, de la situación de los jóvenes que aún continúan en protesta y el ambiente en el que se encuentra el país tras los hechos de violencia registrados en días pasados.

“El Diálogo Nacional es una propuesta que nosotros los obispos venimos poniéndole al Gobierno desde hace muchísimos años, sin obtener nunca ninguna respuesta. Por primera vez, es el Gobierno el que llama al diálogo, en un momento en que se encuentra muy debilitado y en una situación de falta de credibilidad muy grande en la nación”, dijo monseñor Báez a CNN sobre la instauración del diálogo en el país.

El líder religioso añadió que, sin embargo, como Iglesia Católica siempre están dispuestos “a colaborar, a que crezca la comunión y el entendimiento entre los nicaragüenses”.

Diálogo para democratizar Nicaragua

Durante la entrevista, monseñor Báez resaltó que entablar un diálogo en Nicaragua es una asunto de riesgo.

“Los nicaragüenses no estamos acostumbrados a dialogar. Este es un país que lamentablemente ha sido siempre marcado por la cultura del caudillismo, la corrupción, la violencia, y no estamos acostumbrados a dialogar”, añadió el clérigo.

De acuerdo a Báez, el diálogo que se ha planteado es “un riesgo grande para toda la nación” y que, al aceptar la Conferencia Episcopal de Nicaragua ser mediador y testigo de éste, “está dispuesta a correr ese riesgo”

“Este diálogo tiene que tener como objetivo la democratización de Nicaragua. Por otra parte, tampoco queremos que los partidos políticos saquen rédito para sus propios grupos. Este diálogo tiene que ser un diálogo abierto, sobre todos los temas de la nación, en donde estén presentes todos los sectores de la República de Nicaragua. Y por otra parte, un diálogo que sea transparente, absolutamente. No más arreglos de cúpula, no más pactos debajo de la mesa”, remarcó Báez.

Monseñor Báez resaltó que todos los obispos de la Conferencia Episcopal han aceptado el diálogo, y que como líder, cardenal Leopoldo Brenes ha designado a los obispos que lo acompañarán: monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa; monseñor Bosco Vivas, obispo de León; y Báez también estará presente en el diálogo.

Procesar a los culpables de las muertes

De acuerdo al obispo auxiliar de Managua, los enfrentamientos durante las protestas en el país “casi llegamos a 30 o más de 30 (fallecidos), en apenas 3 o 4 días de manifestación. Ha sido una semana sangrienta y muy dolorosa, que nos ha hecho a todos derramar lágrimas y vivir momentos de altísima tensión”.

Ante la pregunta sobre las condiciones del diálogo, monseñor manifestó que “en parte, se están dando algunas condiciones”.

Báez dijo que, dentro de estas condiciones que se han dado, está la restitución de libertad de prensa, como el caso de 100% Noticias, que pasó varios días fuera del aire durante las protestas. Además, señaló la liberación “de algunos detenidos” por parte de la Policía Nacional, a lo que agrega, “se ha hecho de una forma un poco extraña”.

“En este momento, sin embargo, yo creo que queda pendiente para poder tener las condiciones óptimas para el diálogo, habría que realizar una investigación a fondo de los culpables de estas muertes y un proceso judicial en donde se lleve al banquillo de los acusados a aquellos que son responsables”, manifestó monseñor Báez.

Otra exigencia para el diálogo, según Báez, es que el Gobierno debe asegurar que “nunca más van a volver a aparecer en las calles de Nicaragua estos matones progubernamentales, que aquí le llamamos turbas, violentas, con armas destructivas que se enfrentan a la población civil”.