Nathaly Cerda, una joven valiente que rompe barreras con fe y esperanza
Sufre esclerodermia sistémica, una enfermedad crónica que afecta principalmente a la piel pero también afecta los órganos internos.
En un barrio de Managua habita una joven con muchas ganas de vivir y salir adelante, su nombre es Nathaly Cerda, de 29 años de edad y quien a los 15, fue diagnosticada con esclerodermia sistémica.
La esclerodermia sistémica, es una enfermedad crónica autoinmune que afecta principalmente a la piel, pero también afecta los órganos internos como los pulmones, intestinos, riñón o corazón. Hasta el momento no hay una cura para revertir este padecimiento.
Antes de los 15 años, Nathaly tenía una vida normal como cualquier otra niña que jugaba, estudiaba y tenía sueños y proyectos. Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, todo cambió para ella y su familia.
"Estaba entrando a quinto año de secundaria y ahí fue donde ocurrió el cambio, comencé a inflamarme y a tener reacción. Lo que más nos impactó fue que me inflamé, pasé de 120 libras a 150 libras y eran 30 libras de la nada, nadie sabía por qué, se preguntaban la razón, la piel me cambió de color, era blanca y se puso morena y de ahí comenzó la inflamación a tener otros efectos como fiebre continua, gripe. O sea que mi quinto año fue bastante duro", recuerda Nathaly.
Ante la desesperación de saber con exactitud qué tenía Nathaly, sus familiares empezaron a buscar especialistas médicos que les diera una respuesta más clara sobre los síntomas que agobiaban a esta joven. Pero la respuesta fue más dura que la inquietud.
“Ocho meses continuos ya con exámenes y no había uno que demostrara cuál era el problema en específico, sino que los síntomas seguían y no mejoraban con nada, no encontrábamos algo que me ayudará a sentirme mejor".
"Aparte del cambio físico que estaba teniendo, yo tenía ciertas limitantes, no podía caminar grandes extensiones, ya ir al colegio fue bastante difícil y todos esos efectos producía algo negativo en la parte emocional que me ponía el estado de ánimo muy bajo", relata.
"Daban muchos diagnósticos, nada preciso, sin embargo, veían que el deterioro de la salud era bastante grande, este cambio planteaban ciertas hipótesis que eran negativas, que no sabía cuánto podía dilatar viva, no sabían cómo iba a seguir el proceso de la enfermedad, no sabían de qué manera tratarme y cuando paso a manos de la especialista una dermatóloga, ella me da el diagnóstico y me dice -te quedan dos años de vida, te quedan esos dos años que no vas a vivir de una manera bien y tu salud no va a mejorar-, en ese momento me quebré, fue bastante duro", expresa Nathaly.
La duda, el temor y la desesperación invadieron a Nathaly al conocer sus resultados; sin embargo, nunca perdió la fe y la esperanza de seguir adelante y terminar sus sueños. A pesar del diagnóstico, Nathaly culminó su secundaria y se alistaba para ingresar a la universidad, una tarea que no sería nada fácil para ella.
“Para mí fue muy duro porque ella era una niña sana completamente y al decirme que tiene esto y no tiene cura, yo me sentí muy mal, pero seguimos adelante haciendo análisis y los médicos seguían diciendo lo mismo, hasta que nos dijeron que era esclerodermia sistémica y no tenía cura, para mí fue difícil aceptar eso", refiere Blanca Rosa Ramírez, mamá de Nathaly.
Durante sus estudios universitarios, la salud de Nathaly tuvo serias descompensaciones que la retiraban momentáneamente de sus clases, en una de esas caídas; Nathaly se vio muy mal; estuvo inconsciente y su corazón le creció el doble de su tamaño; sin embargo, como el ave fénix resurgió de nuevo para seguir estudiando y terminar su carrera de economía.
“A los dos días de entrar a la universidad, parece que los químicos y la forma de enfrentar la vida me llevó a que comenzarán las convulsiones más de 12 horas continuas, le dijeron a mis padres que no sabían si iba a resistir más convulsiones, cuando se paran y me revisan, se dan cuenta que está intacto mi cerebro; sin embargo, me dejó ciega, me dejó muda prácticamente, vegetal y pasó varios días para estar consciente y no sabíamos si volvería a ver, no sabíamos volvería a hablar y en casi una semana poco a poco recuperé el habla y la vista"
"Cuando me estabilizaron, a mí me da un paro cardíaco, retrocedo un montón y comienza nuevamente los chequeos médicos y exámenes y no encuentran los motivos del paro cardíaco; de ahí tuve una recuperación bastante lenta, casi un mes estuve hospitalizada, salgo del hospital y regreso a la casa a pasar 3 meses en cama", explica Nathaly.
A pesar de los obstáculos, Nathaly logró terminar su carrera, hoy es una licenciada en economía, pero también ha recibido cursos de pastelería, de batidos e inglés; y ha demostrado ser una mujer valiente que logra sus sueños y proyectos.
Actualmente, oferta y promueve el consumo de productos alimenticios naturistas, una tarea que también le ha servido a ella para mejorar su salud y tener un ingreso económico.
"Nunca me concentré en mi problema porque yo sabía que eran cosas que yo tenía que manejar por si sola, mi familia que era mi principal apoyo en todo ese proceso de mi universidad, donde hubo circunstancias que me estuvieron apoyando porque me tenían que ir a dejar, ir a traer; siempre me daban dinero extra", cuenta Nathaly.
Hoy, Nathaly Cerda ha innovado en un negocio personal con la venta de productos alimenticios que mejoran la calidad de vida de las personas, mismos productos que le ayudaron, según ella, a vencer a la enfermedad sin medicamentos químicos que la debilitaban constantemente. A través de sus redes sociales, ella es testimonio propio de cómo estos productos han sido positivos en su vida.
"Parte de mi proyecto es siempre manejar mi negocio independiente como lo he hecho hasta ahora, porque al salir de la universidad no encontraba trabajo y sí está ligado a mi problema de salud, pero tiene que ver más con el mercado laboral que tenemos, en la búsqueda de una alternativa encontré suplementos alimenticios que fue la base que me ayudó durante el proceso de universidad y a lograr que mejorar mi salud".
Luego de 13 años de haberle diagnosticado esclerodermia sistémica, ella y su mamá han sabido disfrutar cada momento de la vida y han entendido que cada enfermedad se vence con el entusiasmo de las personas y creyendo en Dios.
"Muy valiente es porque ella ha enfrentado muchísimas cosas, yo no había visto a una persona que le dan un diagnóstico, se vaya a investigar y ella investigaba e investigaba y le decía que le iba a hacer más daño, definitivamente que ella me daba fortalezas a mí", expresa la mamá de Nathaly.
"Estos 13 años ha significado mucho, entre lágrimas y risas, pero también a significado crecimiento, ir venciendo y atravesado esos escalones de madurez que significan conocerse a uno mismo, porque ahí radica eso que estoy haciendo, radica este mensaje de mejorar mi salud que ha sido un trabajo continuo de profundidad", finaliza Nathaly Cerda.