El valiente segoviano que volvió a caminar tras perder sus piernas en el tren "La Bestia"
Iba en busca del sueño americano, durante esa travesía, hace 6 años, perdió sus extremidades inferiores.
La migración ilegal se ha convertido en una las primeras opciones para personas de todo el mundo que buscan un mejor ingreso económico y un mejor estilo de vida, sin embargo, migrar ilegalmente no es fácil; porque quienes se atreven hacerlo se enfrentan a una serie de dificultades y peligros que incluso los puede llevar a la muerte.
Los centroamericanos tienen como primer destino Estados Unidos y durante esa travesía, además de ser larga y cansada, es peligrosa... Para muchos es sinónimo de vida o de muerte.
VOS TV se traslado hasta Mozonte, un municipio de Nueva Segovia ubicada a 234 kilómetros de Managua, en esa zona visitamos a Dimas Guevara Castellanos, un hombre que viajó 14 veces de manera ilegal hacia los Estados Unidos utilizando puntos ciegos y pasando caminos peligrosos para llegar a su destino.
"Yo comencé a viajar a Estados Unidos por primera vez en el 2005 y me regresaron porque el coyote que me llevaba nos abandonó, entonces tuve que seguir el camino solo y me agarró migración. Como a los seis meses volví a intentar con otro amigo, esa vez pasamos y viví seis años en Georgia, por cosas de la vida me tuve que regresar a ver a mi familia y volví a irme a los dos años, luego venía y me iba", cuenta Dimas Guevara.
Dimas maneja toda la ruta migratoria de la zona norte para llegar a Estados Unidos; sin embargo, a pesar de esa experiencia, en su último viaje hace seis años, no tuvo la oportunidad y la suerte de llegar a su destino.
Cuando abordó junto a otra persona el techo del tren "La Bestia" que es considerado como una de las formas para ingresar ilegalmente a México, el cansancio y el sueño lo dominaron mientras iba en camino, cayendo del tren, cuando despertó solo miraba que los rieles le pasaban encima de sus piernas. Un sueño se había convertido en pesadilla.
"Yo salí normal, me despedí de mi familia, y llegamos al punto donde agarramos el tren. Esa vez llegamos a las seis de la mañana a Escobedo y teníamos 4 días sin dormir y sin comer; pasamos casi la mitad del país en cuatro días. Un chavalo iba conmigo y le dije que nos fuéramos en el tren porque era la única forma de llegar, yo ya había andado muchas veces en el tren y me confié", revela.
"Nos montamos y nos bebimos una taza de café con pan, a eso de mediodía yo me dormí de una forma que no supe, y en eso voy soñando que me están metiendo en un molino, pero cuando yo despierto, el tren está pasando cerquita de mí", recuerda.
Guevara soportó más de dos horas hasta llegar al hospital, donde le pusieron una inyección para dormir y hacerle de inmediato las cirugías necesarias. Sus dos piernas y dos dedos de su mano izquierda habían sido mutiladas por los rieles del tren, al despertar luego de la operación, él no entendía lo que pasaba, y luego comprendió que no pudo avanzar más en su camino a mejores oportunidades.
"Llamaron a la Policía, llegó y fue la que me hizo los trámites del hospital, luego llegó la ambulancia y cuando volví a despertar ya estaba en el hospital y con las operaciones en las dos piernas. Siempre en mi mente estaba en el viaje y no me acordaba lo que me había pasado, hasta que mi amigo me dijo lo que me había pasado, entonces empecé a controlarme por los nervios al verme sin mis dos piernas", comenta.
Para su esposa, la peor de sus pesadillas había llegado; ella cuando se enteró se conmovió y pensó que nunca lo volvería a ver. Siempre estuvo consciente que la travesía de su esposo era peligrosa, un recorrido que ella misma experimentó en una ocasión y tuvo un mal presentimiento con el tren la bestia que no quiso abordar y pidió regresar a su casa.
"Ese día estaba en una promoción escolar y llegó una señora que quería platicar con la mamá de Dimas, entonces nos contó lo que pasó del accidente y en ese momento me desmayé y empecé a llorar y luego le decimos a la mamá de él" recuerda Elvia Pérez, esposa de Dimas.
Dimas regresó a Nicaragua en diciembre del 2016 con trámites de las autoridades migratorias de Nicaragua y México; un regreso que no era como lo esperado, y debido a las heridas recientes, sus pasos habían terminado en una silla de ruedas.
Seis años después, Dimas Guevara dio pasos de nuevo gracias a unas prótesis que les fueron donadas. Cuando recibió la noticia hace 4 años que recibiría estas prótesis, su sueño de volver a caminar lo habían motivado nuevamente y empezó una lucha interna por poder dominar este aparato; poco a poco Dimas pudo ponerse de pie nuevamente.
A pesar de eso, nunca se rindió y empezó a hacer de nuevo un trabajo que aprendió desde muy joven. Dimas, a pesar de usar prótesis en sus dos piernas, se gana la vida en construcción, una labor que ha sorprendido a todo Mozonte y en especial a sus compañeros de proyecto. Con estas ganas de salir adelante, Dimas lleva el sustento a su hogar.
"Me siento más cómodo para medio hacer mis movimientos más fáciles porque en una silla de ruedas es más difícil moverse, ya con mi bastón salgo a la calle y hay mucha gente, se admira lo rápido que agilice este problema, porque esto es un problema psicológico", señala.
Este matrimonio tiene dos hijos, la hija mayor estudia medicina en Managua y el otro hijo continúa sus estudios escolares. Ella ha sido el sustento de vida de Dimas desde que perdió sus piernas; su apoyo incondicional y el hombro que le ha servido e impulsado a seguir adelante.
"Para mí, ella es una mujer que no la puedo comparar con ninguna porque es la que siempre ha estado en toda vuelta, ella es el bastón más fiel que he tenido, está sin trabajo, pero Dios no desampara y me tiene aquí por algo", expresa Dimas.
A pesar de las dificultades, Dimas trata de disfrutar cada momento de su vida, paso a paso busca tener paz y esperanza en sí mismo para nunca caer de nuevo. Está claro que perdió sus dos piernas, dos dedos de su mano izquierda; el retorno a Estados Unidos, pero nunca perdió las ganas de vivir y salir adelante para su familia.
"La misma personalidad es la que uno hace fuerte, mi meta era bajar las cuestas con las prótesis y lo logré, el cliente que yo le trabaje no necesita mi discapacidad, él lo que quiere es que el trabajo se lo deje bien hecho, he trabajado en varias partes como albañil y he cumplido", indica.
Para su esposa esta experiencia le has llenado de dolor y angustia, pero también los ha acercado más como familia y han aprendido a enfrentar juntos dificultades. Sonriente y con una luz en su mirada, Dimas Guevara; de Nueva Segovia, estuvo al borde de la muerte en su travesía migratoria en busca lo que muchos llaman el sueño americano.
"No puedo engañar ni desengañar a nadie, el norte ahí está y hay que tener mucho cuidado para ir y no solo por el tren y estas secuelas que tengo yo; sino que también por los peligros del camino que secuestran y matan, hay muchos peligros y muchos riesgos que hay para llegar a ese sueño americano", concluye Dimas Guevara.