Ernesto Alaniz / VOS TV

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Niño capitalino tiene colección de 430 vehículos a pequeña escala

Coleccionar estas piezas ha intensificado el valor del ahorro y aprecio al esfuerzo del prójimo, además lo ha liberado de la tecnología.


Hace seis años, Andrés Saballo Hernández, recibió de manos de su tío un vehículo a miniatura que se convertiría en el primero de su colección, que ahora cuenta con 430 piezas.

Pese a estar dañado, conserva aquella pieza con cariño y hasta se ha negado a que se lo reparen.

“Está en malas condiciones, las llantas destruidas, pero no quiero repararlo, es como un recordatorio de lo que ha costado conseguir cada una de estas piezas, en ese tiempo yo no apreciaba lo que me daban, lo tiraba, jugaba a lo loco, pero ahora sí sé que tienen un gran valor”, cuenta.

La pasión de este niño de 11 años por los automóviles la tiene en la sangre, puesto que su familia posee un taller mecánico.

Su abuelo, su madre, sus tíos y hasta amigos de la escuela se han convertido en aliados, porque en cada ocasión que pueden le obsequian algún vehículo

Yahoska Hernández, madre de Andrés, no lleva una contabilidad de cuanto se ha invertido en la adquisición de estas réplicas de vehículos.

“Ya perdí la cuenta, ya no quiero llevarla”, dice a carcajadas su mamá, que agrega que este hobby, ha servido a su hijo para conocer la importancia del ahorro.

“Muchas piezas las ha adquirido de sus recursos, de sus mesadas, en vez de gastarlo en chiverías y otras cosas, siempre quiere hacer crecer su colección, pero lo hace de sus propios recursos”, detalla.

Amor por los vehículos

Otro valor adquirido es el amor por automóviles, “el negocio familiar”, insiste Yahoska y apreciar el esfuerzo de los demás, quienes “deciden, en lugar de invertir su dinero en objetos propios, entregárselos a través de vehículo a él”.

Este hobby de Andrés y el observar el trabajo que realizan los mecánicos en este taller, le ha permitido conocer las especificaciones de los vehículos, su sueño es hacerse cargo del negocio familiar en el futuro.

Cada automotor que tiene en sus manos logra, con la mayor facilidad del mundo, descifrar su motor, sus revoluciones, año de fabricación, las series o películas en las que ha salido uno similar, entre otras especificaciones.

“Este es el Toyota Supra mk4, lo hemos visto en la primera película de Rápido y Furioso, normalmente usan un motor 2jz, pero cuando son modificados usan un 2jz forjado que le permite mayores revoluciones y mayores caballos de fuerzas”, comenta Saballos Hernández, mientras sostiene dicho vehículo color naranja en su mano.

Actualmente, Andrés pertenece al Club Hotwheels Nicaragua, donde otros aficionados a los vehículos se reúnen para intercambiarse o venderse estas piezas coleccionables.

Es un espacio libre de tecnología y eso emociona a la niñez y personas adultas incluidas en este grupo, reflexiona su mamá.

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