Los rostros de Santo Domingo de Guzmán a través de personajes culturales
Religiosidad popular y cultura se mezclan en estas festividades, que son acompañadas por cientos de promesantes disfrazados.
Jordán Hernández, durante toda su vida ha sido devoto de Santo Domingo de Guzmán, pero fue hace tres años que decidió convertirse en el “Cacique Salvaje”, un personaje con el que desea mantener vivas las tradiciones de los ancestros, quienes defendieron en su momento el suelo patrio de invasores.
Jordán reconoce que de momento el santo patrono de Managua, no le ha cumplido ninguna petición, pero su vestimenta en realidad busca rescatar las tradiciones de los nicaragüenses.
"Dispuesto en un futuro a ir heredando el personaje de generación en generación, la idea es no dejar morir la representación de nuestros ancestros, de momento no he tenido la fortuna de que el santo me cumplan algún milagro, pero creo es mi responsabilidad mantener viva estas tradiciones”, enfatiza.
Juan Antonio Osorio es otro promesante de estas fiestas. Cuenta que este año retomó la tradición de portar el traje de la vieja, un baile diriambino que representa el paso del tiempo en todo ser humano, una expresión cultural del mestizaje.
“Ahora debo seguir, no cansarme a como me pasó hace algunos años que deje de hacerlo, deje de participar”, añade.
Ambos personajes son la muestra que en estas festividades se combinan la religiosidad popular y la cultura.
Una mezcla de creencias
Caciques, diablitos, indios, negritos, vaquitas, mujeres y hombres con trajes típicos entre otros personajes, cada año son parte de la romería de gente que acompañan las distintas festividades de Santo Domingo y del sincretismo religioso, en una mezcla de fe con las antiguas creencias politeístas, según el sociólogo Bismark Siero.
“Los personajes fueron apareciendo para mostrarle una gratitud, un agradecimiento al santo, combina creencias que tenían nuestros ancestros con las creencias cristianas, no quieren dejar morir su cultura, también es parte de querer mostrar pluriculturalidad, allí no ves ninguna discriminación social, ni de clase, no te van preguntando de donde eres”, manifiesta.
Quienes deciden caminar de rodillas o se llenan de grasa todo el cuerpo, buscan realizar no solamente sacrificios físicos sino también espirituales, según el sociólogo.
“Es una manera un poco alegórica, para decir bueno ya no soy el diablo, ahora vengo a purificarme, es una limpieza, dejar afuera todas mis diabluras, también un sacrificio porque te pintas la piel y de seguro van a haber daños en la piel, alguna gente a lo mejor es alérgica y no se da cuenta”, detalla.
El especialista agrega que es positivo que cada personaje sea heredado de generación en generación o escogido mediante concursos por tradicionalistas.
Alvin Ramírez, lleva desde el 2006 participando de esta devoción como diablito, este año incluso parte de su indumentaria fue renovada por el patrocinio de familiares devotos al santo que están fuera del país.
“Logré este año adquirir una nueva camiseta con la imagen del santo, nuevos cachos más cómodos, antes usaba unos que eran más pesados, eran de buey, la idea siempre había sido de representar a un diablito”, refiere.
Otros ciudadanos llevan sus réplicas de la imagen del santo sobre su cabeza.
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